¡Pum!

Al segundo siguiente, el golpe del Príncipe Auten cayó sobre el escudo protector. Se hizo añicos al instante mientras Darryl dejaba escapar un zumbido sordo, volando por los aires algo más de diez metros antes de aterrizar pesadamente en el suelo.

¡M*erda!

Darryl podía sentir claramente que su alma de hada seguía intacta, pero llegó a estar a punto de salirse de su sitio. Su mirada hacia el Príncipe Auten también se ensombreció.

¿Cómo se había vuelto tan fuerte en cuestión de días?

No podía ser... Había que tener en cuenta que Darryl contaba con la protección del Santo Sable, pero aquel golpe casi le había destrozado el alma de hada.

Jaja...

Justo en ese momento, el Príncipe Auten no pudo ocultar su emoción mientras se burlaba de Darryl: “¿Qué te parece? Apuesto a que no te lo esperabas, ¿verdad?”. Mientras hablaba, el Príncipe Auten sintió que la situación era un poco lamentable.

De haber estado en su mejor forma, aquel golpe habría sido lo bastante fuerte como para acab