La barrera protectora era inusualmente fuerte, sin ningún signo de romperse. Al contrario, las apariciones de espadas se rompían cuando se estrellaban y se dispersaban en el aire.

¿Qué?

Zacho se quedó estupefacto al ver esa escena.

La Esgrima de la Estrella Flameante era invencible, pero una simple película protectora la había bloqueado con éxito. ¿Quién lo hubiera creído si no lo hubiera visto por sí mismo?

“¡Maestro de Secta Tayers!”.

El Príncipe Auten extendió su mano y recogió una espada del suelo. Miró a Zacho con indiferencia y dijo: “Has agotado todas tus habilidades. Ahora es mi turno de hacer un movimiento”.

Al oír eso y sentir la intención asesina procedente del Príncipe Auten, Zacho no respondió, sino que tomó un profundo respiro discretamente.

‘¡M*ldita sea! Ni siquiera pude matarlo con mi habilidad de espada más poderosa’. A Zacho le preocupaba no poder resistir el contraataque de Auten, ya que había gastado mucha energía interna.

Cuando el Príncipe Auten se dio c