Forsythe miraba con admiración y una leve sonrisa a Heather. "Tu fuerza es extraordinaria, como uno esperaría de la princesa del Clan Mackie del Mar. Hace un mes no estaba seguro de poder ganar contra ti".

"Sin embargo, tus hechizos ya no son una amenaza".

Los ojos de Forsythe brillaron con frialdad mientras hablaba y su figura se elevó hacia el cielo, sosteniendo un cuchillo rojo como la sangre.

La hoja era extraña. El mango medía cuarenta o cincuenta centímetros de largo, y era muy intimidante cuando lo tenía en la mano.

Era la Cuchilla del Diablo Sangriento que Forsythe había obtenido recientemente.

Morticia le ordenó a Forsythe que estableciera la Secta del Demonio Sangriento en los ríos y lagos de los Nueve Continentes hace aproximadamente un mes, y para ello utilizó la competencia de ese entonces. Cuando el Archidemonio Antígono se enteró, alabó las habilidades de Forsythe. No solo lo entrenó, sino que también templó su cuerpo con sangre demoníaca.

Aunque Forsythe fuera med