Justo entonces, Veron se acercó rápidamente mientras miraba fijamente el cuenco.

Al mismo tiempo, todos se agolparon también. A pesar de lo ridícula que era la situación, al menos habría una forma de probar la inocencia de Ambrose.

Veron lo dejaría en paz para siempre una vez que se revelaran los resultados y habría un problema menos del que preocuparse.

La expresión de Ambrose era sombría, sin siquiera mirar el cuenco mientras miraba fijamente a Veron con frialdad.

“Será mejor que cumplas tu parte del trato, Señorita Lange. No te retractes de lo que prometiste”.

Al igual que Heather, no tenía más que confianza en los resultados de la prueba de sangre.

Veron no respondió, mirando fijamente las dos gotas de sangre en el cuenco.

“Miren, están... están combinándose...”.

Justo entonces, alguien de la multitud gritó en el salón principal y se sumió en el caos.

“Realmente se están combinando”.

“Cómo... ¿Cómo puede ser esto?”.

“Mis queridos dioses...”.

Todo lo que se podía ver era