Declan y los demás se quedaron estupefactos. Se miraron el uno al otro con amargura.

¡No era una cantidad pequeña a pesar de que eran de familias ricas! ¡Era muy diferente a cuando uno comparaba activos por valor de 20 billones de dólares con 20 billones de dólares en efectivo!

Incluso las familias más influyentes solo tendrían tres millones de dólares en efectivo. ¡Sería casi imposible conseguir 20 billones!

Sin embargo, ¡ellos no estaban en condiciones para rechazar la oferta!

“¿Tienen el dinero o no?”, Océano rugió; él había perdido la paciencia.

“Sí, sí…”, Declan, quien todavía estaba de rodillas, gritó repetidamente mientras forzaba una sonrisa en su rostro. “¿Pueden darnos unos minutos para recolectar el dinero?”.

Océano agitó su brazo con impaciencia. “Tienen diez minutos. Apresúrense”.

Él retiró su espada mientras dos de sus hombres sacaron dos sillas para sus líderes. Océano y Río ocuparon los asientos.

Declan se levantó con miedo e hizo un gesto a sus compañeros de cl