Darryl parecía imperturbable por sus tácticas implorantes y parecía estar tranquilo.

Siempre había tenido una opinión favorable de Sandra. Él no quería seguir con el asunto porque ella se lo había pedido personalmente. Se reclinó en la silla, crujiéndose el cuello. “M*erda, sería un verdadero imb*cil si te rechazara, ¿no? Bueno, creo que anoche no dormí demasiado bien. Mi cuello parece estar un poco rígido”.

“También me duelen bastante las piernas. Sería bueno si alguien me pudiera dar un masaje, ¿no lo crees?”.

Mientras las palabras resonaban en el aire, las mejillas de Sandra se enrojecieron mientras se retorcía de incomodidad.

¿Acaso Derrick quería que ella le diera un masaje?

Ella todavía estaba entre los discípulos más estimados de la Secta del Dragón Celestial y mantenía su pureza. ¿Qué vergonzoso sería que se corriera la voz de que le había dado un masaje a un hombre delante de toda esa gente?

Al mismo tiempo, la expresión de Ronny también cambió. Miró fijamente a Darryl c