Zoran se paró en la entrada del bosque de flores de durazno escudriñando las huellas. Había arena por todas partes y no podía ver si le pertenecía a Darryl o no.

Él estaba a punto de entrar en el bosque cuando sus sirvientes lo hicieron retroceder. Uno de ellos dijo, “Amo, no podemos estar seguros de que haya sido Darryl quien entró en el bosque. ¿Qué pasaría si usted queda atrapado en el bosque?”.

Zoran se calmó ante ese pensamiento y reflexionó un rato. “Organicen a un grupo de personas para que vigilen esta entrada en todo momento”, él ordenó, “Consigan que alguien busque a Darryl fuera de esta mansión”.

“Sí, Amo”.

Zoran estaba extremadamente desanimado. No quería creer que las huellas le pertenecían a Darryl, pero todas las señales apuntaban a que su ahijado estaba atrapado en el bosque.

Él estaba ansioso y preocupado.

Después de tres días, Darryl todavía estaba atrapado allí, apoyándose en un árbol de flor de durazno. Él tenía los labios agrietados. Casi se vuelve loco.

Él