Darryl estaba casi en la puerta cuando la Princesa Sheila empezó a murmurar para sí misma. Sintió que algo estaba mal en el entorno sin motivo aparente. ‘¿Qué está pasando? ¿Por qué tengo la sensación de que alguien me está observando?’. Se rio mientras agitaba su mano. ‘Tal vez estoy un poco sensible después de exponer mi identidad a Jadie’.

Darryl estaba a punto de entrar por la puerta con ese pensamiento en mente cuando cayó en la trampa. No tuvo tiempo de reaccionar antes de caer en el agujero.

‘¡Oh, m*erda!’. Estaba furioso. ‘¿Quién demonios cavó un agujero tan profundo delante de mi puerta? ¡Esa persona debe ser muy atrevida!’.

Mientras caía al fondo del agujero, estabilizó su cuerpo y pisó el suelo, dispuesto a salir volando.

En ese preciso momento, una carcajada brotó de la parte superior del agujero. Un rostro furtivo se asomó desde arriba. “¡Anciano! Que esto te sirva de lección por abandonarme mientras estaba congelada. Ahora sabes de lo que soy capaz”.

Era la Princesa