Poco sabía el Archidemonio Antígono que Darryl no era el discípulo del Inmortal de Jade, sino que era a quien había enviado a la Prisión Infernal de las Sombras.

…

Mientras tanto, Darryl huyó junto con el Emperador de los Nueve Cielos y los demás. Finalmente, habían regresado al Palacio Imperial del Cielo.

El Emperador de los Nueve Cielos era un desastre con su túnica dorada de dragón mientras su rostro estaba cubierto de manchas de sangre. Lucía completamente miserable. Ya no tenía la imagen del gobernante de la Región Divina.

Cuando llegaron al Palacio Imperial del Cielo, el Emperador de los Nueve Cielos se quedó atónito ante la escena. ‘¿Eh?’.

En el gigantesco palacio, aparte de los soldados y los guardias reales, no había ningún Inmortal Celestial presente.

Luego, el Emperador de los Nueve Cielos se volvió hacia Darryl y le preguntó: “Audric, mi compañero sacerdote, ¿puedo preguntar dónde está tu Maestro y los otros Inmortales Celestiales?”.

Se había dado cuenta de que Darry