Sin embargo, al siguiente segundo, los ojos del Maestro Magaera brillaron. Nadie sabía de dónde procedía el estallido de energía, pero levantó la mano y sacó todas las Flechas Rompealmas que tenía a través de su cuerpo. Luego, agitó las manos. Las flechas fueron expulsadas y atacaron a los pocos guerreros demoníacos frente a él.

"¡Ahhhh!".

Entonces, el Maestro Magaera se tambaleó mientras intentaba levantarse y gritó a los cielos. A pesar de que su rostro estaba miserablemente pálido, todavía se enfrentó a la terrible situación sin miedo.

"Tu raza demoníaca no sirve para nada. Solo saben emboscar a sus oponentes". Los ojos del Maestro Magaera se enrojecieron. Clavó su mirada en el Archidemonio Antígono que estaba en el aire y gritó: "Archidemonio Antígono, ¡ven y muéstrame qué más tienes!".

Al instante, los demás guerreros de la raza demoníaca se mostraron ligeramente aprensivos.

¿Ese era el poder del guardián del Palacio Imperial del Cielo? ¡Qué fuerte!

Fue disparado por muchas