‘¡M*erda!’. El corazón de Darryl se estremeció y estuvo a punto de llorar. ‘¿Vas a matarme por golpear accidentalmente tu tr*sero? ¿No es eso un poco exagerado?’.

“¡Compórtate, Veron!”, dijo Agatha con severidad. Luego, miró a Darryl de arriba abajo impasiblemente. “¿Dices que fue un malentendido? Explícate”.

Darryl asintió, tomó una profunda respiración y le contó todo. Al final, se encogió de hombros, sonrió con amargura y dijo: “Su Excelencia, acababa de presentar mis respetos a mi madre fallecida cuando los hombres de la Señorita Veron intentaron robarme. Todo lo que hice fue en defensa propia, pero ella insistió en que me disculpara y, cuando no lo hice, me obligó a luchar contra ella. Luego, cuando perdió, dijo que me estaba metiendo con ella. En cuanto al malentendido, juro que fue un accidente”.

El silencio llenó el salón. Un sinnúmero de expresiones pasó por los rostros del Anciano Viento y de los demás ancianos. ‘Parece que la Señorita Veron era la que no estaba siendo raz