‘¿Maestro Joe?’. Todos se emocionaron al oír el nombre del famoso tasador. Él sabría con seguridad si el abanico de jade era auténtico. El dueño fue rápidamente a buscarlo.

Pronto, regresó con un anciano de pelo canoso, que parecía tener unos sesenta años. Tenía puesto una túnica blanca y parecía estar de buen humor.

La multitud se emocionó aún más al ver al anciano.

“¡Es el Maestro Joe!”.

“¡Sabremos de una vez por todas si el abanico de jade es real!”.

Darryl permaneció tranquilamente de pie donde estaba. Conocía muy bien a Simón Joe, ya que ambos eran aprendices de Stellan. De hecho, él era su superior por haberse incorporado antes que Simón.

“Maestro Joe, este es el abanico de jade del que le hablé. ¿Podría, por favor, comprobar si fue fabricado durante la Dinastía Song? Ese cliente ha pagado dos millones por ello, así que quiero asegurarme de que se disipen todas sus dudas”, dijo el dueño mientras le pasaba el abanico de jade a Simón.

Simón asintió y le dio la vuelta al ab