Shandy se sintió angustiada al escuchar el llanto de Jewel. Se mordió el labio con tanta fuerza que estuvo a punto de sangrar. La leve expresión en su delicado rostro siguió cambiando mientras estaba envuelta en un dilema.

Shandy se mostró reacia a rendirse ante la Región Divina.

Sin embargo, si no se ponía de acuerdo, su hermana moriría trágicamente y perdería la cabeza.

“¡Muy bien!”.

Rogart perdió la paciencia tras notar que Shandy se resistía a decidir. Él dijo lentamente: “Parece que no vas a comprometerte. Entonces, no diré nada más”.

Rogart levantó la mano hacia Cayden.

Había estado apostando a que Shandy nunca permitiría que Jewel sufriera, de lo contrario, todo su esfuerzo habría sido en vano.

Cayden no dudó tras recibir la señal de Rogart. Sostuvo la espada larga con fuerza y ​​estaba a punto de cortarle la garganta a Jewel.

“Adiós, hermana”.

Jewel se rio amargamente antes de mirar a Shandy y decir: “Gracias por cuidarme todos estos años”.

Luego, Jewel miró al cielo