¡Darryl pronunció esa última oración y sus ojos se pusieron rojos como la sangre!

‘¡Está loco! ¡Qué tan arrogante puede llegar a ser!’. Las expresiones de los funcionarios en la sala cambiaron y se llenaron de una ira ardiente.

El Palacio Imperial del Cielo era donde el Emperador de los Nueve Cielos manejaba los asuntos cotidianos y era un lugar que simbolizaba la supremacía. Era un acto absolutamente atroz que Darryl le faltara al respeto al Emperador de los Nueve Cielos e incluso se confabulara con los demonios.

El Emperador de los Nueve Cielos se enojó cada vez más mientras miraba a Darryl y rugía: “Nunca te perdonaré por liberar a los demonios y traerle problemas a la Región Divina. ¿Dónde están los soldados y generales? Mátenlos a todos. ¡No dejen a nadie con vida!”.

Bajo las órdenes del Emperador, cientos de miles de soldados y generales se precipitaron en el palacio como una marea. Los soldados y generales sacaron sus armas al unísono mientras sus gritos estremecedores reson