Una vez dentro de la habitación de la Reina, Darryl detectó una leve fragancia y pensó en la escena de aquella noche anterior. ¿Qué tan bueno sería si no estuviera en otro mundo? Podría haberse quedado más tiempo y tomarse el rato para admirar la belleza de la Reina.

Darryl volvió a la realidad, se golpeó la frente y entró en modo de búsqueda de la Escritura de la Jade Sagrada. La habitación de la Reina no solo era espaciosa sino también muy lujosa. Le tomó cerca de una hora mirar a través de cada rincón y grieta. Sin embargo, terminó con las manos vacías.

‘¿La Escritura de la Jade Sagrada nunca estuvo aquí para empezar?’, pensó Darryl antes de notar una ligera protuberancia detrás de la cama de marfil. Era evidente que se trataba de una especie de escondite secreto. Fue allí rápidamente, lo golpeó suavemente sin dudarlo y confirmó su sospecha: la pared definitivamente estaba hueca.

Él lo había encontrado. Sintiéndose emocionado, estaba a punto de abrir la puerta oculta cuando una v