¡Hahh!

Todos los guardias reales quedaron atónitos con los ojos bien abiertos mientras miraban a Yuri, incapaces de poder controlarse.

Las Ocho Oráculas eran diosas únicas, especialmente el aura de las hadas dentro de ellas. Hacía que fuera aún difícil olvidarlas después de ser vistas. Sin embargo, la dama frente a ellas era aún más atractiva.

Tenía unos rasgos exquisitos, una figura sensual y un aura muy especial que hacía que la gente se enamorara de ella.

Hermosa. Atractiva. Espléndida. Era como si las mejores palabras del mundo no fueran suficientes para describir su belleza.

En ese momento, los guardias aún no sabían que Yuri no era humana, sino una hada creada en el Mundo Virtual de la Ilusión.

En ese momento, cuando Yuri vio que Xenia se le acercaba, pronunció algunas palabras: “¡No te atrevas a lastimarlo conmigo aquí!”.

Su voz era suave y dulce, pero fuerte y decidida.

¡Pum!

Luego, un aura extremadamente poderosa brotó del cuerpo de Yuri y congeló el aire en todo el S