‘Él ha…’.

El pequeño cuerpo de Sofía se estremeció mientras observaba. Miró directamente a Darryl mientras estaba completamente estupefacta.

Ella pensaba que solo era el respetable invitado de su jefe, pero nunca pensó que sería lo suficientemente poderoso como para bloquear las balas con ramitas y matar gente de esa manera. Fue increíble.

“Tú…”.

Hector fijó su mirada en Darryl y su voz temblaba mientras luchaba por encontrar las palabras. Tenía una expresión de temor en su rostro como si hubiera visto un monstruo.

Darryl avanzó hacia adelante y usó su mano para sellar los puntos de acupuntura de Héctor sin perder ni un solo segundo.

Darryl se movió excepcionalmente rápido. Héctor apenas pudo verlo cuando le pinchó los puntos de acupuntura y ya no podía moverse ni un centímetro.

“¿Qué estás haciendo? Te lo advierto, ¡las cosas no terminarán bien para ti si ofendes a la Organización Cielo Infinito!”, gritó Héctor. A pesar de su tono firme, sus ojos estaban llenos de miedo; su ant