Capítulo 2482
Irritada por la confianza de Darryl, Lillian resopló con incredulidad. ‘¿Acaso me arrepentiré de no tener a un pervertido como tú cerca? Pff’. Justo cuando pensaba para sí misma, escuchó zumbidos detrás de ella. Lillian se dio la vuelta instintivamente y quedó petrificada de miedo al ver lo que estaba causando los ruidos. Una colmena de abejas emergió del océano ilimitado de flores, cada una del tamaño de un puño humano. Sus cuerpos brillaban con una luz fría que le brindaría escalofríos a cualquiera que los viera. Era difícil imaginar lo insoportable que sería si uno fuera picado por una de esas abejas.

Cuando escuchó sus gritos de temor, Darryl se detuvo y se volteó para mirar a Lillian con una sonrisa traviesa.

Al ver a las abejas permanecer a una distancia y volando sin acercarse, Lillian gritó apresuradamente del miedo: “Darren, ayúdame”.

Sintiéndose encantado, Darryl se rio y bromeó: “Señorita Willis, ¿acaso no dijo algo acerca de no aceptar cualquier ayuda que yo le ofrezca y
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