Al instante, Earle y sus hombres se voltearon para mirar a Darryl. Earle se acercó a Darryl y lo miró de arriba abajo antes de preguntar: “¿Sabes dónde encontrar las Pitones de Arena Negra?”.‘Este mocoso parece que ha estado aquí por mucho tiempo, con su ropa improvisada hecha de piel de animal y las cicatrices en su rostro’, pensó Earle.Darryl lo consideró por un momento antes de sonreír. “Así es”. Earle y su pandilla podrían parecer demasiado fuertes para ser desafiados ante los ojos de los demás, pero no eran una amenaza para Darryl. Para no exponer su verdadera identidad, tuvo que abstenerse de ir en contra suya.“¡Bien!”. La expresión de Earle se transformó en una sonrisa antes de decir con frialdad: “Llévanos allá”. Luego, se volteó para señalar a Lillian. “Bombón, ven conmigo. No te atrevas a decir que no. No soy el hombre más paciente. Provoca mi lado malo y haré que los maten a todos. Esto no es una broma, no me pongas a prueba”.Atemorizada por el aura maliciosa de Earl
Lillian no se molestó en ocultar el desdén en sus ojos mientras hablaba. Instintivamente se movió para distanciarse de Darryl, sin poder evitar sentirse cada vez más asqueada por el hombre que tenía enfrente. Desafortunadamente, inhaló accidentalmente la niebla mientras se alejaba.“¡Mad*ta sea!”. Darryl maldijo para sí mismo, harto de su terquedad. Solo tenía la intención de protegerla contra la niebla asegurándola en sus brazos detrás de la barrera, pero claramente ella no lo apreciaba.“¡Mocoso!”. Earle y los demás salieron de su estado de conmoción ante el magnífico paisaje y le gritaron enojados a Darryl: “¿Dónde están las Pitones de Arena Negra?”.“No te atreverías a engañarnos, ¿verdad?”.“Es obvio que no hay ningún nido de Pitón de Arena Negra por aquí”. Los hombres lentamente rodearon a Darryl mientras hablaban.Mientras vigilaba a Lillian durante todo el tiempo, Darryl forzó una sonrisa y fingió estar sorprendido y explicó: “Hermanos, les juro que no les miento. Este lug
Abrumada por las preguntas en su cabeza, Lillian finalmente preguntó: “Entonces, ¿tienes una cura para eso?”. Ella colocó una mano en su frente, pues se estaba empezando a sentirse mareada. Cuanto más respiraba, más débil se sentía.“Yo…”. Darryl estuvo a punto de responderle diciendo que, en efecto, sí tenía la cura, pero no pudo terminar la oración antes de que Lillian lo interrumpiera repentinamente y saltara a sus brazos.“Papá, te he echado de menos. Te he echado mucho de menos”, dijo Lillian con evidente angustia, aunque sus ojos estaban atónitos.Darryl se sobresaltó por su acción repentina, pero rápidamente se puso serio y pensó: ‘¿En serio? Aquí vamos con la alucinación. Si Lillian no estuviera tan decidida a mantenerse alejada de mí, no habría inhalado la niebla ni habría terminado así. Aunque, por lo visto, parece que ha perdido a su padre’.Darryl tenía razón. Lillian provenía de un entorno miserable. Había sido obligada a abandonar su tierra natal debido a la guerra ha
Irritada por la confianza de Darryl, Lillian resopló con incredulidad. ‘¿Acaso me arrepentiré de no tener a un pervertido como tú cerca? Pff’. Justo cuando pensaba para sí misma, escuchó zumbidos detrás de ella. Lillian se dio la vuelta instintivamente y quedó petrificada de miedo al ver lo que estaba causando los ruidos. Una colmena de abejas emergió del océano ilimitado de flores, cada una del tamaño de un puño humano. Sus cuerpos brillaban con una luz fría que le brindaría escalofríos a cualquiera que los viera. Era difícil imaginar lo insoportable que sería si uno fuera picado por una de esas abejas.Cuando escuchó sus gritos de temor, Darryl se detuvo y se volteó para mirar a Lillian con una sonrisa traviesa.Al ver a las abejas permanecer a una distancia y volando sin acercarse, Lillian gritó apresuradamente del miedo: “Darren, ayúdame”.Sintiéndose encantado, Darryl se rio y bromeó: “Señorita Willis, ¿acaso no dijo algo acerca de no aceptar cualquier ayuda que yo le ofrezca y
Mientras se mordía los labios, Lillian entró en pánico y dijo: “Está bien, lo diré, ¿de acuerdo? Hermano Mayor, Buen Hermano Mayor, Buen Hermano Mayor...”. Su cara se puso roja como una manzana madura mientras lo decía.“Buena chica”. Darryl se rio a carcajadas disimuladamente antes de arrancar casualmente una flor cercana y arrojársela a las abejas.Las abejas fueron ahuyentadas al instante, volando a la distancia y acompañadas de zumbidos de pánico.La flor no tenía ningún efecto sobre las abejas.Lo que realmente los asustó fue la presencia misma de Darryl pero tuvo que crear un señuelo para mantener oculta su identidad.Lillian se sorprendió de lo tranquilo que parecía estar Darryl. ¿Cuántos secretos más habrá para un hombre que conoce todo el lugar como la palma de su mano? Lillian estaba abrumada con preguntas, pero un momento después, su atención volvió a lo que había sucedido anteriormente. Sus delicados rasgos se volvieron rojos una vez más, tanto por la vergüenza como po
No obstante, su energía interna estaba al límite. Ella seguía tratando de defenderse de la niebla corrosiva y venenosa. Sin embargo, si se negaba a hacer lo que le sugería Darryl, moriría allí mismo. La idea de morir y pudrirse en la niebla tóxica envió escalofríos por la espalda de Lillian. Aunque lo dudó, no le quedó más otra que aceptar la realidad. Se mordió los labios a regañadientes y caminó hacia los brazos de Darryl para compartir la piel del animal.‘Qué aroma tan maravilloso’, pensó Darryl mientras sus sentidos eran atacados por una fragancia dulce tan abrumadora que lo hacía sentir casi como si estuviera ebrio. Sus ojos vagaban mientras miraba a Lillian desde una distancia cercana. Tenía que admitir que la figura de Lillian estaba realmente cerca a la perfección y, con sus cuerpos pegados uno con el otro, la atmósfera entre ambos instantáneamente se volvió dudosa. Cualquier miembro de la Espina de Sangre se habría quedado atónito si fuera a presenciar el momento en que su o
Otis siempre había estado enamorado de Lillian, y al verla en un estado tan vergonzoso, su anterior desprecio hacia Darryl lo llevó a la conclusión de que él era el culpable. Al instante, la rabia dentro de Otis explotó. Los otros miembros parecían haberse dado cuenta de lo mismo y también comenzaron a dirigirse hacia Darryl.Darryl se mantuvo sereno y, en cambio, se volteó para mirar a Lillian con una sonrisa torcida. “Parece que hay un malentendido contra mí entre tus compañeros de equipo, mi adorable hermanita. ¿Te importaría explicarles?”.‘¡¿Qué demonios?! ¿Esta escoria se atrevió a llamar a nuestra líder su adorable hermanita?’. Impulsado aún más por su ira cegada, Otis aceleró el paso.“¡Deténganse!”. La espada de Otis estaba a punto de cortar a Darryl antes de que Lillian interviniera y lo reprendiera: “Es suficiente, ¿de acuerdo?”.Cuando se dieron cuenta de que Lillian estaba molesta, Otis y los demás se detuvieron al instante, sin atreverse a seguir provocándola. Otis no
Darryl sonrió al ver las expresiones de Otis y los demás. “Uno nunca debe tener la intención de hacerle daño a los demás, sino que siempre debe estar alerta al daño que otros puedan causarle”.‘¿Esta escoria se atreve a actuar tan valiente frente a nosotros?’, pensó Otis mientras miraba al hombre. Él metió la mano en su bolsillo apresuradamente para buscar el antídoto. Otis lo tenía todo resuelto. Independientemente de cómo lo había descubierto Darryl; simplemente tenían que tomar el antídoto y darle una lección de frente. No tenía sentido hacerse el inocente si la verdad ya estaba al descubierto, después de todo. Una vez decidido, Otis no perdió ni un segundo en sacar el antídoto y entregárselo a los demás miembros. Cada uno de ellos tomó el antídoto a toda prisa. Para sorpresa de Otis, su situación no solo no mejoró, sino que empeoró. Toda la fuerza en su cuerpo se agotó al instante y, en cuestión de segundos, ninguno de ellos pudo mantenerse de pie.“¿Qué nos diste?”, rugió Otis.