¡Qué poderoso! ¿Quién podría ser? Chester, Quincy, Andy y los demás también se quedaron atónitos. ¡Era como se esperaba del Gran Maestro Erlang! El poder puro por sí solo era incomparable con cualquier otra cosa en todos los continentes. Podría haber alguna esperanza para ellos ya que él se había unido a la batalla. Las tropas del Ejército de Moana del Norte se entusiasmaron.

“¡La Cortadura de Zeus! ¡Su Majestad finalmente atacará!”.

“¡Su Majestad cambiará el rumbo!”.

“Esos animales gigantes no son rivales para Su Majestad”.

La sombra descendió justo ante sus ojos temerosos.

¡Pum!

Como un meteoro, el aire se desgarraba dondequiera que tocaba la sombra. Era como si el mundo se estuviera partiendo mientras aterrizaba con fuerza sobre el Monstruo Gigantesco.

Al instante, un estruendo vibró a través del campo mientras las cenizas se elevaban. El Monstruo Gigante de cien metros de altura rugió y se tambaleó hacia atrás. Una herida atravesó el hombro izquierdo de la bestia y se abrió