Amastan frunció las cejas mientras miraba fijamente a Shentel.

"¡Mátala primero y luego llévate su cuerpo para alimentar a los Monstruos Gigantescos!", dijo fríamente.

Era tan cruel que no parecía un humano.

Amastan estaba furioso en ese momento. ‘Esta mujer se atrevió a decir que mi mano es sucia. ¿Cómo puedo mantener mi reputación si no la mato?'.

Unos cuantos soldados de Raksasa se acercaron rápidamente y rodearon a Shentel.

"No...". El cuerpo de Debra se estremeció al ver aquello. No pudo evitar gritar de sorpresa mientras sus lágrimas empezaban a fluir.

Entonces, le suplicó a Amastan: "Te lo ruego, por favor, no la mates. Querías verme bailar, ¿verdad? Bailaré, ¡bailaré!".

Debra era una persona de buen corazón, y Shentel era como una hermana para ella. Cuando vio que Shentel estaba a punto de morir por su culpa, dejó de lado toda su dignidad en ese instante por los nervios.

Amastan se rio fríamente mientras decía con arrogancia: "Ya no me interesa verte bailar. Solo quier