"No soy su hermana pero lo conozco bien. ¡Él nunca haría algo así!", Shelly dijo gentilmente.

“Pero los hechos son hechos. Sí cometió un robo”, dijo la policía. Se volteó hacia los padres de Darryl y dijo: "Su hijo realmente robó unos teléfonos”.

La acción encubierta era muy secreta, ninguna otra persona debe saberlo. Por lo tanto, de acuerdo con sus procedimientos operativos estándar, necesitaban informar a los miembros de la familia.

Luna se puso tensa cuando respondió con incredulidad: “¿Darryl robando teléfonos? Imposible. Es el presidente de una corporación y tiene mucho éxito. ¿Por qué haría tal cosa? Esto tiene que ser un error”.

Daniel, en la cama, estaba nervioso. Él intervino, “¡Sí! Debe ser un error. Darryl despreciaba a los ladrones desde que era joven. ¿Por qué se convertiría en uno?”.

La policía les entregó el expediente y dijo profesionalmente: "Eso no lo sabría, pero si creen que tenemos a la persona equivocada, por favor miren el expediente”.

Luna y Daniel se que