Alexander
En mi vida he cometido demasiados errores, algunos peores que otros y de los que he aprendido con creces y de los qué hay ciertas cosas que no debería de haber hecho o dicho porque me arrepiento como el idiota que soy.
Como ahora, que el remordimiento y arrepentimiento no me abandona.
Ver a Alessia salir así de este lugar me dejo con un sabor agridulce en la boca, con el corazón llorando por su ausencia y con unas tremendas ganas de llorar por verla tan herida, tan quebrada.
Cuando se trata de ella, por más que quiera, cometo un maldito error tras otro.
No debería de haber dicho lo que le dije, fui un insensible, un maldito idiota al que la calentura del momento le ganó y la rabia lo cegó.
Otra vez, otra vez actuó antes de pensarlo.
No sé qué sucede conmigo, definitivamente deberían de cortarme la lengua para no seguir dicien
Me quedo viendo a la nada por varios minutos, hasta que saco mi telefono haciendo que mi pecho arda al ver la imagen que tengo como protector de pantalla y no es otro que el del día de mi matrimonio con Alessia.Una imagen de nosotros dos, después de recién haber dado el “Si, Acepto”Aún recuerdo ese día como si fuera ayer, lo hermosa que se veía con su vestido blanco que si bien, no era el más costos encima de ella se veía como uno de alta costura o como esa hermosa sonrisa en su rostro hacía que todo gritara alegría mientras caminaba hacia mi o como su sola mirada me contagio de una felicidad infinita y yo como idiota, lo destruí y acabé con la felicidad de Alessia y la mía.Éramos tan felices…- ¿Aló? Piensas hablarme o me dejaras como los idiotas esperando por ti – dice la inconfundible voz de Rodri
- ¿Tienes permiso de tu esposa para esta salida? – pregunto y él se endereza y pone cara de seriedad, que solo me causa risa.- No necesito pedirle permiso a nadie…- suelta para luego decir en voz baja escondiendo su rostro -…pero si lo hice – haciendo que lance una carcajada por todo lo alto, para luego terminar ambos sonriendo como no lo hacíamos hace años.En pocos minutos llegar al lugar al que veníamos cuando éramos mucho más jóvenes y sin tantos problemas de adultos que tenemos ahora.Al ingresar vemos que todo sigue exactamente igual, no ha cambiado mucho el lugar y el dueño al vernos, se acerca para saludarnos como viejos amigos.Lo que me hace sentir muy bien, no lo puedo negar y me hace sentir casi como en casa.Nos acompaña a una de las mesas que solíamos utilizar cuando veníamos y pronto, ya cada uno tiene un trago en la mano.
AlessiaMi hermano luego de todo lo sucedió me llevo directamente hasta su casa, donde pude descansar porque mi cuerpo lo deseaba.Agradezco que me trajera hacia su casa y no donde nuestros padres, los que habrían hecho demasiadas preguntas que no hubiera y no deseo responder.Apenas pongo un pie en la habitación, me deshago de mis zapatos y me tiro en la cama donde me hago bolita, como los chanchitos de tierra y me pongo a llorar para soltar todo lo sucedido.Suelto esa presión que tengo en el pecho, ese inmenso dolor que no me deja avanzar, que me tiene tan estancada que incluso a mi me molesta la mayoría de las veces.Lo he intentado ¿saben? He intentado por todos los medios olvidarlo y seguir adelante, pero cada vez que siento que lo estoy consiguiendo, que por fin podre seguir con mi vida sin la sombra de mi pasado con Alexander, algo sucede que me frena y en vez de seguir avanzado, re
Sonrió como idiota por mis locas ideas.- ¿Estas mejor? – la voz de mi hermano me sobresalta haciendo que abra los ojos en grande y que lleve una mano a mi pecho al sentir su presencia detrás mío y su mano en mi hombro.Joder, casi me provoco un infarto.- ¡Dios mío! Me asustaste idiota, no hagas eso – le digo y él sonríe encogiéndose de hombros.- Te llamé varias veces y no me respondías debía hacer algo para que me prestaras atención – dice y yo lo golpeo en el pecho provocando que sonría más en grande.- Tonto y respondiendo a tu pregunta inicial, si, estoy muy bien. Gracias por ayudarme hermano mayor – le digo y él sonríe cerrándome uno de sus ojos para luego abrazarme y dejarme recostar en su pecho como siempre lo he hecho.- Te quiero mono y solo deseo felicidad en tu vida. Necesito que se
Maldigo mientras voy caminando, moviéndome un poco para esquivar a las parejas de baile, a los idiotas que me desean conquistar y por lo mareada que estoy, no es mucho pero si, ya el alcohol está comenzando a hacer efecto.Y si se preguntan qué fue lo que sucedió conmigo, pues bueno, el maldito con el que bailaba y con quien estaba diciendo terminar mi noche, tiene los mismos ojos que el hijo de puta de Alexander y no, no podía seguir ahí.O bueno, ojos parecidos porque como los de Alexander, no los tiene nadie, al menos así yo lo creo.Niego con la cabeza al darme cuenta de que he vuelto a pensar en él.En el baño me refresco, arreglo mi maquillaje, vestimenta y cabello para volver a la barra a beber un poco más, ya que al parecer, esta noche no conseguiré lo que ando buscando y eso me desanima un poco, pero bueno si no es hoy, será otro día.En la barra sig
- ¡Déjame en paz! ¡Igual que hace ocho años! – dejo salir un poco la frustración que traigo encima y la verdad, se sintió un poco bien.Sigo caminando cuando siento que ya no me sigue, lo que me genera una confianza que no debería de haber sentido porque de la nada me detengo de golpe al verlo frente a mi mirándome con esos ojos tan hermosos que tiene, con esa barba que siempre me gusto acariciar y con esos labios carnosos que ahora mismo quisiera besar hasta dejarlos hinchados y rojos de tantos besos.- Yo quiero lo mismo – dice dando un paso en mi dirección y yo doy uno en reversa.- Perdiste ese privilegio – le respondo y el me da una mirada de dolor.- Lo sé y jamás me lo perdonare – dice provocando que ahora yo lo vea con dolor. Mis labios siempre han sido suyos y espera, tontamente, que siempre fuera así.- Aléjate – le digo
AlexanderSi alguien me hubiera dicho que terminaría la noche ingresando a un hotel de mala muerte pero con la mujer de mi vida en brazos mientras nos besamos y tocamos sin parar, les habría dicho que estaban locos y que dejaran de hablar estupideces.Pero no, la realidad es que efectivamente estoy ingresando a una habitación de hotel, que no es la mejor y que claramente no es un lugar donde la debería de haber traído, pero considerando las circunstancias en la que se dio todo esto, no me quedo de otra que llegar al hotel más cercano que teníamos a mano para que esta entrega se diera.Y por esas sorpresas de la vida, había uno justo enfrente del bar, al que no dudamos en caminar e ingresar como dos adolescentes enamorados que tienen poco tiempo para el sexo antes de que sus padres los descubran.- Te sientes tan bien – le digo apenas la estrello contra la puerta una vez la cerr
Por el rostro de Alessia pasan miles de cosas pero luego de unos segundos finalmente asiente.- Esta bien, confiare en ti. No me decepciones como yo lo hiciste en el pasado – suelta y eso me hiere pero como no deseo decir algo que arruine el momento, me quedo en silencio y prosigo con lo mío, que es disfrutarla mientras pueda.Creo que ambos pensamos exactamente lo mismo al vernos a los ojos antes de enterrarme en su cuerpo y eso no es otra que quitarnos las ganas, sentirnos aunque sea una vez mas antes de abrir los ojos y despertar de este hermoso sueño al que ambos de manera bastante insensata nos estamos entregando.Esto está mal a muchos niveles, pero aquí estamos.Desnudos, sudorosos y jadeando el nombre del otro o bueno, yo al menos.- ¡Oh, mi amor! – suelto cuando siento la calidez de su vagina dándome la bienvenida.- NO hables – me dice ella y me silencio de inmediato.<