Capítulo 5

Jazmín

Mi diario

  Querido diario, ha llegado el día de conocer a sus hijas, el hombre de mis sueños.

No puedo dejar de soñar despierta con él, ¿qué me pasa?

Estoy muy jodida pensando tanto en un hombre que ni siquiera conozco y que además es mi jefe. Otro hecho es que él nunca se fijaría en una pobre chica como yo.

No lo creo, aunque he conocido a algunas personas que se han quedado con sus jefes, pero simplemente fueron utilizadas por ellos y lo aceptaron. Ahora yo no aceptaría eso, nunca me iría a la cama con mi jefe sólo porque tiene dinero.

¡Eso es absurdo, diario!

Sólo vi al señor Anthony unos minutos, pero quedó impreso en mí, en mi corazón y sobre todo en mi cabeza. Pero te prometo, diario, que pronto me olvidaré de él, creo que me ha hechizado su belleza.

Esos ojos azules me han hechizado, ¡eso es todo!

Querido diario, espero gustarle a los niños, porque realmente necesito el trabajo para ayudar a mi madre.

Ella ha hecho tanto por mí, ha sido mi mamá y mi papá y siempre se ha esforzado por darme lo mejor. Ha trabajado mucho para que no me falte de nada.

Ahora, como he dicho, me toca a mí ayudarla. Todavía voy a darle una casa, ese es nuestro sueño.

Sólo que no sé si mi sueldo de canguro será suficiente para darle una casa.

Ahora, querido diario, voy a conocer a las preciosas niñas.

¿Cómo puedo estar segura de que son hermosas?

Teniendo un padre gato como ese.

Ya te contaré cómo me fue con ellas, amigo diario.

Nos vemos luego.

Ah, se me olvidaba, diario, espero no decir otra palabrota delante del Sr. Anthony, tengo miedo de que me eche de aquí al pensar que digo palabrotas.

Tengo que comportarme delante del Sr. Cachondo.

****

- Hola, mis amores, qué guapos y enormes estáis para vuestra edad -digo, abrumado por su belleza-. - Voy a ser su nueva niñera, mis adorables.

Tienen cuatro años y seis meses y hablan perfectamente.

- Eres buena y te gustaremos, ¿verdad, Jasmine? - pregunta una de las niñas.

Sinceramente, no he entendido su pregunta.

¿Era mala la antigua niñera?

¿Les hizo algo malo?

- Carminha se ha ido y nos ha dejado. Echo de menos a Caminha", dice Mikaelly.

- Yo también echo de menos a Caminha", dice Isabelly.

- ¡Ay, mis amores! No os preocupéis, os lo prometo -digo, agachándome para estar a la misma altura que ellas-. - Isa y Mika, os cuidaré mucho, ¿vale?

- ¿De verdad? Jasmine, ¿ya te caemos bien? - preguntan sorprendidas.

- ¡Claro, guapas! Ahora, preparémonos para jugar.

Así que me pasé el día aprendiendo todo sobre los gemelos. La criada de los niños, que es muy simpática, me enseñaba todo lo que tenía que hacer.

La casa es enorme y muy bonita. La piscina es muy grande y ya me veo en ella. La habitación de las gemelas parece la habitación de una princesa, todo en rosa y blanco. El baño es precioso y enorme, parece que todas las habitaciones de esta casa son enormes.

Me he pasado el día aprendiendo todo lo que hacen los niños, lo que les gusta, lo que no pueden comer y lo que sí. Ahora es de noche y es hora de acostarlos.

Les pongo el pijama y luego se cepillan los dientes, mientras he estado pendiente de todo para asegurarme de que se cepillan bien los dientes.

Por Dios, ¡están hechos a mano!

No hay ni un defecto y cada detalle es perfecto.

La belleza de Anthony ha pasado a sus hijas y hablando de él, esa boca es demasiado hermosa, sacudo la cabeza intentando olvidar a ese hombre, estoy pensando demasiado en él.

Nunca he amado en mi vida y cuando lo hago es por mi bien. jefe.

¡Estoy jodida!

No creo que sea amor lo que siento, sino un deleite al ver a un hombre bien favorecido.

Acosté a las niñas y cuando se durmieron, apagué la lámpara y salí de la habitación en silencio.

Esa noche pasó rápido, me levanté y fui a hacer mi aseo personal. Cuando terminé, salí del baño, me cambié de ropa y fui a cuidar a las gemelas.

Hoy todavía es martes y no puedo salir hasta dentro de quince días.

Estoy en la cocina dándoles el desayuno a las niñas y no sé muy bien qué hacer, porque nunca he cuidado de niños. No sé qué hacer con ellas y el Sr. Anthony no me ha dicho si puedo salir a pasear con ellas.

- Jasmine, ¿jugamos? - sugiere Isa al terminar de desayunar.

- Claro, mi amor, ¿con qué te gusta jugar?

- Con muñecas y casitas. Podemos jugar en la habitación de los juguetes. Papá no permite que ensuciemos nuestra habitación, tanto que ni siquiera podemos tener televisión en ella. Por eso ha preparado un cuarto de juguetes", explica Isa.

¿Un cuarto de juguetes?

No había oído hablar de eso en mi vida.

A la gente de clase alta le gusta inventar, ¿no?

Le cojo de la mano y nos dirigimos a la habitación de los juguetes.

Confieso que tengo curiosidad por ver la habitación.

Cuando llegamos, me quedé asombrada: la habitación parecía una casa de muñecas. Había montones de juguetes, de todos los tipos, tamaños y formas. Me llamó la atención el gran televisor que había en la estantería, con varias películas, series y dibujos animados infantiles.

Miro fijamente a las niñas jugando y doy gracias a Dios porque he tenido suerte con ellas y, como es mi segundo día, nos va muy bien.

- ¿Hacemos un maratón de películas? - sugieren.

Hemos visto varias películas de Barbie y me ha impresionado lo monas, tiernas, tranquilas, alegres y, lo más importante, educadas que son. Son niños maravillosos que no dan ningún problema.

Gracias a Dios, porque los niños de mi casa son terribles, y sólo Jesús puede tener paciencia con estos niños que gritan más de lo que juegan.

- ¿Qué tal si comemos dentro de un rato? Cuando hayáis descansado un rato, podemos volver a jugar -sugiero, mirando la hora en mi reloj de pulsera.

- Pero no tenemos hambre, Jasmine, juguemos un poco más", pide Mika. - Entonces almorzaremos.

- Mis amores, si no vamos a comer ahora y vuestro padre se entera de que no os he llevado a comer a tiempo, se peleará conmigo. ¡Si quieres que me quede contigo, tengo que hacerlo todo bien! Nos quedaremos hasta tarde otro día, ¿vale? - Intento explicárselo.

- De acuerdo. Entonces iremos contigo ahora, Jasmine. Más tarde queremos dar un paseo por la plaza, ¿nos llevas? Tenemos muchos amigos allí", dice Mika.

- Jazmín, papá ha dicho que el año que viene iremos al colegio -dice Isa, y su hermana asiente con la cabeza.

- Pero aún queda un poco", añade Isa.

Volvemos a la casa, ya que la casa de muñecas está fuera, aunque aquí podríamos construir fácilmente una casa de verdad para que viviera una familia.

Su almuerzo estaba listo, así que me limité a ponérselo en el plato mientras ellas se lavaban las manos y se preparaban para comer. Ambos se sentaron y comieron tranquilamente, una cosa que noté es que usan tenedor y cuchillo.

Jesús, ¡estoy empezando a pensar que estoy en otro mundo!

Nunca había visto eso en mi vida.

Mi madre se une a nosotros para comer.

¿El Sr. Anthony tiene novia?

Es muy probable que ningún hombre bueno para nada como él esté solo, especialmente después de ser viudo durante tanto tiempo. Afrontémoslo, nadie puede estar tanto tiempo sin alguien, cuatro años y seis meses es mucho tiempo.

Seguramente este hombre me ha hecho algo, porque no puedo dejar de pensar en él.

Santo cielo, el Sr. Anthony está grabado en mi mente las veinticuatro horas del día.

Sigo observando a mi madre, está mucho mejor de la espalda y el mes que viene, cuando cobre mi primer sueldo, la llevaré a una clínica privada. Ya ha empezado el tratamiento y le ha ido muy bien, ¡gracias a Dios!

Me ha dicho que su habitación es muy cómoda y que le gusta la casa. No llevamos ni dos días aquí.

Echo de menos a mis amigos, quiero disfrutar de una samba, de la bebida y del pequeño bar al que vamos para relajarnos.

Sólo voy a disfrutarlo cada quince días, es broma, ¿sabes?

Como acordamos, llevé a los niños a la piscina y así el tiempo pasó rápido.

Llegó la hora de acostarlos, ya estaban duchados y en pijama. Pensé qué hacer para que los dos se durmieran pronto hasta que decidí contarles un cuento.

¿Cómo se hace eso?

Nunca les he contado un cuento a los niños, así que me levanto y voy a la estantería a buscar un libro para leérselo. Dudo entre dos y decido dejarles elegir.

- ¿Cuál queréis? - pregunto mostrándoles los libros.

Esto será muy fácil.

- Este Jasmine", pregunta Isa.Señaló el libro y empecé a contarles la historia. Mientras se lo contaba, prestaban atención a todos mis gestos.

Me quedé media hora contándoles el cuento y, en cuanto se durmieron, los tapé y les di un beso en la cabeza a cada uno.

Salí sin hacer ruido y me fui a mi habitación. Me duché, me puse un pijama y no tenía nada de sueño. Así que encendí la tele para ver un poco, ya que mi madre dormía. Como tiene el sueño pesado, no le importará que la tele esté encendida; al fin y al cabo, en casa la tele siempre estaba encendida porque le gustaba ver series hasta tarde.

Me puse a ver la tele y pronto me dormí.

Mi querido diario, estoy tan confusa que hasta creo que me estoy volviendo loca.

Puedo oler a mi jefe todo el tiempo, su delicioso perfume amaderado. Además de guapo, es muy perfumado, delicioso y tiene un culo maravilloso que dan ganas de apretar.

Ah, diario, por si alguien te pilla y ve todo esto que he escrito sobre mi delicioso jefe.

Otra vez soñé con él, esta vez fue un poco extraño, el señor Anthony estaba muy triste, lloraba mucho y el corazón se me quería salir del pecho al verlo llorar así.

Sólo quería abrazarle y decirle que, pasara lo que pasara, estaría bien.

Eso es lo que hice, sólo que no le llamé amor en el sueño.

Extraño...

Me acerco a él por miedo a que me diga que me vaya. Le aliso ese pelo sedoso y le digo:

- Todo va a estar bien, Sr. Anthony, ¡por favor no llore! No me gusta verle llorar. - Le abrazo y él me devuelve el abrazo.

- Eres tan bueno, creo que me estoy enamorando de ti, por eso lloro. Te quiero, mi Jazmín, y quiero estar contigo para siempre -dice mirándome a los ojos-. - Dime que no te vas, ¡por favor! Te oí decir que ibas a conseguir un trabajo mejor... Dime que no volverás a dejarme... - llora con voz triste.

Querido diario, ¿quién es la mujer a la que llamó en mi sueño? No recuerdo el nombre que mencionó y no tengo ni idea de quién es. Me llamó por otro nombre en lugar del mío.

¡Eso no me gustó nada, diario!

Ahora te dejo, amigo mío, tengo que cuidar de los niños.

No me gustó todo el sueño, sólo la parte en la que dijo que me amaba...

Ojalá me amara de verdad.

Ni siquiera me mira bien, mucho menos se enamora.

Hasta luego, mi querido diario.

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