Ricardo frunció los labios con frialdad, marcó el número de Magnolia.

Magnolia acababa de entrar en el Instituto cuando miró el aviso de llamadas y en realidad era el número de Ricardo.

¿Qué hacía llamándola ahora cuando acababa de pasarlo mal en la fiesta?

Magnolia le echó un vistazo y metió el teléfono directamente en el bolso, no dispuesta a responder a las llamadas.

Normalmente, cuando pasaba tiempo con sus hijos, el secretario no dejaba que las cosas del trabajo la molestaran a menos que fueran importantes.

Magnolia se puso una bata estéril y entró en el área donde estaba hospitalizado Óscar, ahora estaba sentado obedientemente en una silla, con los dedos volando sobre el teclado del ordenador.

Magnolia vio aparecer una serie de números en la pantalla del ordenador, la expresión de Óscar era seria, —Vigila el lado izquierdo, déjalos entrar por el centro, yo los limpiaré.

Pronto cambiaron los números de código de la parte superior del ordenador y quedó claro que su hijo se había oc