Capítulo 95
Magnolia observaba al hombre, «De hecho es muy guapo.»

Se fijó en los labios de él.

Los dos estaban tan cerca que Magnolia entró en pánico.

Quería empujarlo, pero dio una bofetada en su cara.

El aire del coche se congeló al instante.

Magnolia se quedó de piedra y explicó: —Perdón, no pensé que llegaría a esto... Fue un accidente...

Ricardo la besó.

«Sus labios son un poco fríos, pero tan suaves.»

Magnolia olvidó respirar, después de todo, ya no podía recordar aquella noche que habían intimado.

Ricardo se detuvo y murmuró: —¿No sabes respirar cuando besas?

Magnolia se apresuró a recuperar el aliento, casi asfixiada antes.

Se sonrojó, —No tengo tanta experiencia como tú.

Pensando en que Ricardo besaba a Magdalena, Magnolia se limpió la boca con asco.

Ricardo le cogió la barbilla, —¿Te doy asco?

—Sé razonable, no es que yo haya tomado la iniciativa de besarte.

—Eres la única que se atrevió a abofetearme.

—De nada.

Magnolia quería alejarse de él, vio a Magdalena de pie en
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