Magnolia pensó que iba a caerse, pero eso no terminó sucediendo.

Volvió a estabilizarse, sus manos derecha e izquierda fueron sujetadas en direcciones separadas, lo que evitó que cayera.

Le dio un ataque al corazón, si se caía, ¿qué le pasaría al bebé que llevaba en el vientre?

Cuando se peleó con sus padres adoptivos, había perdido la cabeza en ese momento, y se arrepintió en retrospectiva.

La impulsividad era el demonio que vencía a la razón.

Magnolia quiso retirar la mano, pero ninguno de los dos hombres la soltó.

Se hizo un breve silencio.

Magnolia miró a los dos hombres y la soltaron, —gracias.

Sonrió Rodrigo, —Está bien, después de todo, si te haces daño en el trabajo, entonces yo, como jefe del estudio, tendré que compensarte.

Magnolia no pudo evitar reírse a carcajadas, —pues tendré que tener más cuidado de no malgastar el dinero del estudio.

Ricardo, a su lado, vio a los dos bromear con tanta facilidad, sus finos labios se fruncieron fríamente, y miró a Rodrigo descontento.

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