Capítulo 197
Magnolia trató de cerrar la puerta tan pronto como alcanzó a vislumbrar la figura afuera. Pensó que era David que había llegado sin llaves y, por eso, no se molestó en mirar por el ojo de la cerradura, pero ahora lamentaba su descuido.

—Magnolia, ¡carajo! ¿Por qué quieres cerrar la puerta otra vez? —Laura empujó la puerta con descaro y se coló, gritando en voz alta— Te costó trabajo encontrarte. Vives en una colonia tan fresa y aún así dices que no tienes lana. ¿Me crees mensa?

Francisco puso la cara larga y, sin rodeos, espetó: —Oye, Magnolia, déjame ser bien claro contigo. Mejor olvídense de la casa y del dinero de la demolición. Eso es para la boda de mi hijo, el único que va a heredar en la familia, ¿entiendes?

Magnolia refutó en voz fría: —Esa casa es de mi tía, ustedes no tienen derecho a quedársela.

—¿Para qué una mujer necesita una casa y tanto dinero? Mi hermano sigue en el hospital, si ustedes se llevan eso, ¿qué pasará si ella se casa con alguien más después? Por eso, como s
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