Él ya le había extendido una mano, ¿cómo es que ella no supo aprovechar la oportunidad? La última vez que lo llamó pidiendo ayuda, sus palabras eran tan dulces e incluso lo llamaba «cariño».Julio, con precaución, preguntó: —Jefe, ¿qué hacemos ahora?—¿Qué hacemos? ¿Necesitas que te enseñe paso a paso? ¡Quita esa tendencia de una vez!Julio obedeció rápidamente, pero de repente recibió una información de sus subordinados, que lo dejó desconcertado. —Jefe, ya alguien la bajó y la noticia ya no está tan prendida.La expresión de Ricardo se oscureció de inmediato. —¿Quién fue?—Fue el actor de la Ciudad Sur, Daniel, o sea, Diego.Ricardo se sintió aún más frustrado ante el nombre. —¿Y sigues aquí parado? ¡A seguir investigando quién está detrás de esto!¡Este era la Ciudad Norte, Daniel no era nadie! ¿Qué podría descubrir él?Por otro lado, después de colgar, Magnolia regresó a la oficina y notó las miradas de sus colegas, llenas de disgusto y reproche.Al verla dirigirse a su escritorio,
Magnolia echó un vistazo al celular de Carmen y preguntó con intención: —¿Quién te está llamando? ¿Por qué no contestas?—¿Y a ti qué te importa? ¿Acaso debo rendirte cuentas sobre quién me llama?Dicho eso, Carmen salió apresurada de la oficina y fue al pasillo a contestar la llamada. —¿Qué onda, señorita Vargas?—¿Cómo es que el tuit desapareció de las tendencias? ¿Qué demonios estás haciendo? ¿No decías que tu amigo en los medios es muy competente? ¡Pero ni siquiera puede manejar esta pequeñez! Olvídate del bolso Chanel que te gustó.—Lo siento. Ahora mismo lo llamo para ver qué pasó.Finalizó y se apresuró a llamar a su amigo, pero seguía sin responder, lo que la llenó de ansiedad.«¿Por qué no contesta? ¿Se acostó conmigo y quiere retractarse?»—Eres tú de verdad.Magnolia la había seguido y escuchó todo desde un rincón. Se acercó con el semblante oscuro y continuó: —Carmen, fuiste tú quien drogó a Bastián, ¿verdad? Pero ahora estás echándome toda la culpa.Carmen se puso pálida d
Magnolia miró fijamente a Rodrigo, con determinación brillando en sus ojos. —Ya sé quién está detrás de difamarme.Rodrigo abrió los ojos de par en par. —¿Quién es?Carmen, al ver que la situación se le escapaba de las manos, interrumpió apresuradamente la conversación, diciendo: —Magnolia, sin pruebas contundentes, te aconsejo que te quedes callada.Magnolia dibujó una sonrisa de desdén en los labios. —Tranquila, esta tarde todo saldrá a la luz, no voy a afectar para nada la reputación del estudio.Rodrigo titubeó por un momento y luego sugirió: —Si sabes quién es, por favor dime. Puedo echarte una mano para resolver esto.—Gracias, pero no hace falta. Todos se enterarán esta tarde.Dicho eso, Magnolia se dio la vuelta despreocupadamente y regresó a su asiento. Sacó su celular y le envió un mensaje a Hector: [Hermano, necesito un favor.]La respuesta de Hector apareció casi de inmediato: [Dime.][Envía estos videos y fotos a los hijos de Bastián.]Miró de reojo a Carmen, quien acababa
Magnolia suspiró suavemente y explicó resignada: —No es así. Él sólo me echó una mano.Pero debió admitir que la vaguedad de Daniel tuvo un efecto inesperado.Rodrigo frunció el ceño y murmuró: —No esperaba que anduvieras en onda con Daniel.Magnolia dedicó una mirada a Carmen, que estaba parada a lo lejos con una expresión de asombro y enojo en su rostro, y expresó intencionalmente: —Pero aun con su ayuda, ¿eso qué significa? Carmen cerró los puños, repleta de envidia. Sentía que no se quedaba atrás, pero ¿por qué Magnolia tenía tanta suerte de conocer hasta a chicos guapos como Daniel?Magnolia miró el reloj y pensó que la persona debería estar llegando pronto, así que se giró hacia Carmen con una sonrisa, pero que claramente no era genuina. —No te apures, Ricardo. La verdad va a salir a flote pronto.Rodrigo preguntó con desconcierto: —¿Tienes alguna evidencia en tu poder?—Todavía no es el momento.Carmen resopló y, para distraer la atención de todos, se burló en voz alta: —Magnol
—¡A ti te estoy golpeando, perra!Carmen se cubrió la cabeza, gritando en respuesta: —¡No soy Magnolia! ¡Es ella!—Lo que busco no es a Magnolia, sino a ti, Carmen. La mujer hablaba mientras golpeaba con furia a Carmen en la cara con un montón de fotos, que caían como copos de nieve al suelo. Las imágenes se enmarcaban en momentos íntimos entre ella y un anciano, desde sentarse en su regazo, hasta besarse, e instantes aún más privados.Carmen se puso pálida al instante, murmurando: —¡No puede ser... esto no puede ser!¿Cómo era posible que las fotos estuvieran allí?Magnolia la miró fríamente y dijo: —Esto es lo que mencioné como evidencia, lástima que no me creyeras esta mañana.Carmen sintió que su corazón se hundía hasta el fondo y se dejó caer desesperada al suelo.Ella se acabó, ahora estaba completamente acabada...¿Cómo era posible? ¿De dónde había sacado Magnolia esas fotos?Rodrigo sólo les echó un vistazo rápido y se quedó como petrificado en su lugar, como si fuera una esta
Observando a Carmen, que estaba en el suelo y desaliñada, Magnolia esbozó una sonrisa de desdén en los labios. —Si te hubieras metido en el mundo del entretenimiento, seguro te habrías vuelto famosa. Qué lástima que desperdiciaras tu actuación en el lugar equivocado.Carmen levantó la cabeza con resentimiento en los ojos. —¡No te burles, Magnolia! ¿Y cómo justificas tú haber conseguido ese encargo?Esas palabras atrajeron la atención de todos a su alrededor, como si los focos de un escenario se centraran en ellas.Magnolia, imperturbable, se acercó a la mujer y le susurró: —Porque sé que el campo de golf que maneja su empresa tiene problemas. Si eso sale a la luz, estarán en graves aprietos.—¿Cómo lo sabías?La mujer frunció el ceño y se puso alerta. Esa información era sumamente confidencial, conocida sólo por unos pocos familiarizados con su familia. ¿Cómo podía una diseñadora insignificante como Magnolia estar al tanto? ¿Quién era realmente ella?Magnolia sonrió y, mirándola a los
Después de todo, Carmen siguió empeñada en difamar a Magnolia con todas sus fuerzas por la mañana, pero esa tarde se reveló la verdad: ¡resultó que ella misma era la que había sido mantenida por Bastián!Rodrigo carraspeó incómodo y les hizo señas con los ojos a los empleados detrás de la recepción. —Vayan a limpiar el vestíbulo. Bueno, ya no hay nada qué hacer aquí, todos pueden irse a casa.Pronto, sólo quedaron él y Magnolia en el estudio. Ella suspiró y dijo suavemente: —Por fin salió la verdad a flote, pero esto ya nos causó muchos problemas en el estudio.—Magnolia, siempre supe que eras inocente. Sólo que no me esperaba que Carmen fuera así. No te preocupes, el estudio emitirá un comunicado y la despedirá. Mira, ya es tarde. Después de resolver esto, ¿te late cenar juntos esta noche?—Claro.Magnolia se sintió culpable por los problemas que le había provocado a Rodrigo, así que no pudo rechazar su invitación.Acto seguido, él regresó a su despacho para ocuparse del asunto.Magno
Magnolia vio de repente a Magdalena caminando delante de ella, y el encuentro repentino la puso un poco molesta.Como si hubiera percibido que alguien la observaba, Magdalena se volvió y sus miradas se encontraron en el aire, como si chocaran chispas entre ellas.Recién había terminado una llamada con Alexandra y se había enterado del incidente en el estudio, sorprendida por cómo Magnolia pudo distender la situación tan fácilmente.Pero ¿de dónde había sacado esa mujer esos videos y fotos? Y lo que era aún más increíble, ¡había logrado que el bufete de abogados de Carlos interviniera y tomara medidas!Magdalena, con la mente llena de pensamientos, rechinó los dientes y se acercó a ella.Magnolia entrecerró los ojos mientras observaba su acercamiento, y susurró a Rodrigo: —Me topé con alguien que conozco. Voy a hablar un rato con ella. ¿Puedes ir a tu lugar y esperarme allí?Rodrigo asintió con la cabeza y, con sensatez, se apartó, dejando espacio para que las dos tuvieran su conversaci