—Sí.Ricardo echó un vistazo a las fotos en su móvil, —¿Por qué lo sabes?«No me he enterado nada.»—Esa no es la cuestión, en total la casa vale mucho, ¡cómo se lo va a permitir con sus ingresos actuales! ¿O ha robado algos caros de tu casa. —dijo Ana.Ricardo frunció el ceño, —Mamá, no digas tonterías.—Ricardo, me he dado cuenta de que ahora siempre ayudas a Magnolia.Ricardo estaba algo impaciente, —Mamá, es asunto mío, no te metas.—¿Por qué no prestas más atención a Magdalena? Son más adecuados. ¿Acaso te enamoras de Magnolia? ¿Por qué no te divorcias de ella?—Mamá. La abuela no está bien últimamente, quiero esperar a que se opere antes de ir a tramitar el divorcio.Después de mencionar a eso, Ana se mostró un poco menos contenta, —Bueno, sólo quiero que no te dejes engañar por Magnolia. Ella encontró a un amante rico.Ricardo se sentó en su silla sin decir nada.Cuando Ana se fue, sacó el móvil y recibió un nuevo mensaje de Magnolia: [Señor, ¿cuáles le gustan? Quiero
Temía que si entraba vería señales de que Ricardo vivía con otra mujer.Magnolia respiró hondo, y entró al dormitorio, «No me importa.»Descubrir la foto de boda siguiendo colgando encima de la cama, —¡No puedo creer que siga ahí!—Joven señora, claro que la foto de boda está ahí, nadie se atreve a quitarla.A Magnolia le pareció un poco extraña, «¿A Magdalena no le importa ver la foto de boda?¿O Ricardo tiene algún secreto?»Magnolia echó un vistazo al dormitorio, encontrándo que no había cambios.«Era como si Magdalena nunca hubiera vivido aquí. Pero aquel día Magdalena durmió en esta cama.»Magnolia preguntó a Camila: —¿Ha vivido solo todo este tiempo? ¿No ha traído ninguna mujer a casa?—No, ni siquiera la señorita Ruiz se ha quedado aquí.Magnolia dudó, —Imposible.—Joven señora, es verdad, la señorita Ruiz nunca ha vivido aquí.Magnolia estaba un poco confusa.Llevaban tres años casados, Ricardo sólo sabía trabajar, como un monje puritano.Si no hubieran hecho el am
Magnolia estaba sentada en el colchón y se sentía muy incómoda.En cuanto se movía, su pierna quedaba junto a la de Ricardo y parecía que estaba coqueteando activamente con él.—Señor, perdón. —dijo Magnolia.Pero Ricardo no se movió, —El colchón lo has elegido tú. Quiero saber si es bueno o no.—Puedes probarlo por la noche.Ricardo cambió de tema, —¿He oído que te has comprado una casa nueva?Magnolia frunció el ceño, «Debe ser Carmen quien dijo a Alexandra.»—Sí, ¿no puedo comprar una nueva casa?—Tengo que recordarte que aún estamos legalmente casados. Si eres infiel, piensa en las consecuencias.«¿Infiel? ¿Qué ha dicho Alexandra a Ricardo?»Ella sonrió y le cogió la corbata, —Hemos firmado los papeles del divorcio, ya no estamos legalmente casados, así que no es asunto tuyo con quién esté.—Magnolia, ¿no has entendido lo que acabo de decir? No me gusta repetirlo.Magnolia no tenía miedo, —Somos iguales, ¿no?—¡Magnolia!De repente, Magnolia le tiró de la corbata y di
Julio miró la posición, —¿Sería demasiado llamativo colgarla aquí?—Sólo lo cuelgo para la abuela.Julio sentía que cada vez comprendía menos a su jefe.Durante varios días seguidos, Magnolia estuvo un poco distraída.Después de todo, el pedido había terminado y no se había hecho el pago final.Pero cuando pensaba en Ricardo, se acordaba del beso aquel día, que le dio vergüenza.Carmen se acercó con café, —¿Aún no te ha cobrado el último pago? ¿Has ofendido al cliente otra vez?Magnolia cogió su móvil y salió, llamó directamente a Julio, —Sólo quiero preguntar cuándo se dará el pago final.—Joven señora, espere un momento, voy a preguntar al jefe.Al se enteró de que Magnolia llamó a Julio en lugar de él, Ricardo se puso sombrío, —¿Por qué no me llama sino a ti?—¿Quizás tu teléfono no funciona?Ricardo pensó, «¡Qué va! ¡Esa mujer no me llama a propósito! ¿Teme que no le pague?»Habló fríamente: —Dile que venga aquí y te lo pagaré.Julio estaba confuso pero no se atrevió a
Ricardo entró en el despacho, inexpresivo.Magdalena se acercó a él sonriedno, —Ricardo, he hecho sopa de pollo para ti.—Sal primero.Magdalena no pudo creerlo, mirando a Magnolia, «¿Le está pidiendo a Magnolia que salga?»Ricardo miró a Magdalena con impaciencia.Magdalena se hizo la generosa y dijo: —Vale, te espero fuera.Quedaban Ricardo y Magnolia en la oficina.Magnolia se sentó en el sofá y echó una mirada al hombre en secreto.Ricardo arrojó el bolígrafo sobre la mesa, —Habla.—¿No me lo pagarás? —preguntó directamente Magnolia.Ricardo se tiró de la corbata con rabia y miró fijamente a la mujer en el sofá, —Magnolia, ¿sólo te importa el dinero?Magnolia se levantó, —Si no quieres pagarme, me voy.«¡Verrugo!»—Mi abuela no está muy bien estos días, puede que se haya enterado de algo. Quería ir a la villa. Será mejor que vuelvas a vivir conmigo.Magnolia se puso nerviosa, —¿Qué le pasa a la abuela? ¿No la van a operar pronto?—Aún no se ha fijado el día de la ope
Magdalena salió del despacho con el termo en la mano, pensando, «Magnolia, no puedes ganarme. Tiene que convencer a David para que venga a operar a la abuela cuanto antes.»Ricardo estaba solo en su despacho, leyendo los documentos, un poco distraído.Llamó a Julio: —Transfiérele el último pago.Julio asintió y luego puso una comida sobre la mesa, —Jefe, es hora de comer.Ricardo dejó los documentos, cuando vio la sopa, se quedó frío, —¿Qué es esto?—La sopa de costillas. Tu favorito.Ricardo recordó lo que dijo Magnolia, se enfadó, —¡No la quiero más!Magnolia acababa de volver al estudio cuando recibió el pago.Pensó que Ricardo no le daría el pago final, después de todo, ella le maldijo en la oficina.«¿He entendido mal antes? ¿Es un buen tipo?»Carmen salió de la oficina y se burló, —Magnolia, ¿consigues el último pago?Rodrigo la consoló, —No te preocupes. Todo va bien.—Me ha pagado. —dijo Magnolia.Rodrigo sonrió y dijo: —Bravo, Magnolia.Carmen vio la actitud de R
Magnolia no sabía qué hacer por un momento.«Ricardo dijo que la abuela vendría en unos días.»—Magnolia, has vuelto, ven.La abuela Vargas se apresuró a saludarla, Magnolia mostró una sonrisa, se cambió de zapatos y entró, entregando tranquilamente la maleta a Camila.«Menos mal que presta atención a mi maleta.»Magnolia se sentó junto a la abuela Vargas, sintiendo que su estado estaba peor que antes.«Ricardo no me mintió, la abuela no está bien últimamente.»La abuela Vargas le cogió la mano, —Al principio me preocupaba que no se llevaran bien, pero me tranquilicé cuando vi su foto de boda en el salón.Fue entonces cuando Magnolia vio la foto de boda con Ricardo colgada en la pared.Se quedó de piedra un instante.«Lo diseñé deliberadamente para molestar a Ricardo, este lugar no es adecuado para colgar nada.»Ahora la estaban molestando, «¡Qué feo colgar una foto de boda aquí!»Magnolia forzó una sonrisa.Ana habló de repente: —¿Has comido ya?Magnolia se sorprendió de
Ricardo se quedó en silencio.Magnolia apoyaba a la abuela Vargas, acompañándola fuera de la villa.Ana echó un vistazo a la foto de boda colgada en la pared del salón y no se molestó, —Ricardo, ¿no la habías echado?—Mamá, estamos actuando.—Tengo que decir a Magdalena que se dé prisa en pedir que su hermano opere a tu abuela.Ricardo se quedó quieto, volvió a mirar la foto de boda en la pared, inexpresivo.Después de que salió Ana, Magnolia regresó al salón, y vio la foto de boda.—Espero que puedas hacer tu papel antes de que operen a la abuela. —dijo el hombre.—No te preocupes, ya que la abuela no se fue, ¿puedo volver a mi casa?Ricardo frunció el ceño, —¿Quién te espera en tu casa?—Claro que es alguien importante.«Mi tía está esperándome todo el tiempo.»Magnolia miró a Camila, —Pon la maleta en el guardarropa, así no necesito traer ropa la próxima vez que venga.—Los actores no son de fiar, será mejor que tengas cuidado para que no te estafe. —dijo Ricardo.«Otr