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Capítulo XXXIV
–Ven moya lyubov’ disfrutemos de la fogata y del paisaje nevado, iluminado por la luna llena –tomando la manta térmica y cubriéndolos con ella– es una fortuna que en invierno las noches duren más

–Quiero sentirme así siempre James –mientras siente el calor de la manta y se siente segura en los brazos del mayor

–¿Así cómo Dani?

–Como un pajarito en su nido –sonrojada, James toma su carita la gira y la besa en los labios

–Sí quieres sentirte como un pajarito…así será siempre, mi dulce pajarito

–James…–sintiendo que la vence el sueño

–¿Qué pasa Danielle?

–Gracias por llegar a mí vida, gracias por haberme comprado…

–El que debe agradecer soy yo…gracias por haber ido a esa agencia –Danielle se gira y lo besa en los labios– ya tebya lyublyu –acomodándose para que Danielle duerma sobre su pecho

A la mañana siguiente Danielle despierta y está en el invernadero a su lado está James quien lo observaba dormir plácidamente…

–Buenos días moya lyubov’ –besando a la dulce chica en los labios

–Buenos
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