El Contrato
El Contrato
Por: Tsukimorikan
Capítulo I

EL CONTRATO                    

En Coventry, hay dos seres que no saben o no se imaginan lo que la vida les depara, el destino es algo irónico a veces ¿no creen? ¿Quién iba a pensar que dos seres de dos mundos diferente se amen, pero peor sean hermanos? James Spencer magnate, sex simbol, y dueño de la mitad de la nación británica está esperando por la muerte de su padre el médico cardiólogo Charles Spencer; solamente porque quiere heredar, y porque quiere olvidarse de un incómodo tema que lo molesta desde los diez años, tiene una media hermana por ahí en el mundo, y su padre quiere que la busque para que tome la mitad de su inmensa fortuna, fortuna que ha obtenido de su difunta esposa…

–James, por favor te pido que busques a tu hermana – mientras está conectado a un sinfín de máquinas– ella merece tener la mitad de la fortuna

–En primera esa bastarda no es mi hermana –cruzado de brazos– en segunda es tú hija y en tercera la fortuna de los Spencer era de mi madre, tú juntaste tu dinero al volverte un medicucho

–No…es necesario que me faltes al respeto…

–Tú perdiste mi respeto desde que supe de la existencia de esa bastarda “nunca te voy a perdonar, por haber engañado a mi madre con quién sabe qué prostituta” así que no tengo porque buscar a esa bastarda

–¡Es tu hermana! –cada vez le cuesta más respirar

–¿Quién lo dice tú? En primer lugar si no estoy mal no reconociste a la bastarda ¿tantos cargos de conciencia tienes por no darle una vida decente? Ya me quiero imaginar a la bastarda, siendo una pobre miserable, o una delincuente

–Vete James, no tengo porque seguir escuchándote –se gira y le da la espalda

–Hazle un favor al mundo y muérete de una vez –sale de la habitación y escucha los sollozos de su padre

Esa noche James se dirige a la habitación de su padre al entrar lo encuentra aparentemente dormido, y al lado de este una nota; dirigida a un detective privado que pensaba contratar para que encuentren a su hija…

–Ay anciano ¿crees que voy a dejar que encuentres a la bastarda? –toma la nota y la lee detenidamente– “pido que se dé búsqueda de esta joven, debe tener entre dieciocho casi los diecinueve, de complexión delgada pero debo suponer que con los años ha tomado cuerpo, tiene una evidente cicatriz que se ve desde la base del cuello hasta su pecho; la única vez que la vi fue cuando la opere del corazón a los cinco años, ya que su madre se fue de la ciudad; así que no recuerdo más señas sobre esa joven”  ¡¿Qué demonios, solo viste a la bastarda una vez?! –totalmente pasmado, puesto que siempre creyó que los viajes de su padre eran para ver a su media hermana– oye anciano despierta –lo sacude, pero no se mueve– hasta que decidiste irte a descansar –toma la nota y la hace pedazos– esa bastarda nunca tendrá nada de mi fortuna

A la mañana siguiente se realizan las honras fúnebres del prestigioso médico, al regresar a su mansión James se dirige a la lectura del testamento, como supuso ha heredado, pero para su mala suerte también ha heredado la misteriosa joven de dieciocho o diecinueve años así que a James se le ocurre una idea, buscara a su media hermana y así sea por la fuerza la hará firmar un poder en el que esa niña renuncie a su herencia…lo que no sabe es que su hermana estaba entre la multitud que despedía a su padre. En una cafetería de Coventry una chica huérfana, está tomando un refrigerio cortesía de su amiga de toda la vida…

–Sophie fuiste muy amable al llevarme al funeral de doctor Spencer –sonriendo

–Por nada Dani, siempre me dijiste que le debías la vida a ese médico

–Sip –sonriendo– mi mamá siempre me dijo que él me opero cuando tenía cinco años –sollozando– y no le cobró ni un centavo

–Siempre olvido de que fue que te operaron –rascando su cabeza

Sonriendo– yo nací con un problema cardiaco congénito, nací sin válvulas bicúspide y tricúspide los médicos le dijeron a mis papás que no duraría ni dos años, al principio me tuvieron que colocar un marcapasos y a los cinco años tuve un infarto, estaba con mis papás en el parque y el doctor Spencer me llevo a su clínica y me operó, me hicieron trasplante de las válvulas y acá me tienes trece años después

–Por eso quieres ser médica ¿verdad? –Danielle asiente con su cabecita– Dani, pero hace dos años que murió tu padre, no es por hacerte sentir mal pero te embargaron y vives conmigo ¿Cómo vas a pagar la universidad?

–Yo pienso trabajar –sonrojada– pero te aseguro que seré una cardióloga, que ayudaré a muchas personas

–Ya te he dicho que puedes hacer para ganar dinero –mientras bebe su moca

–¡No voy a ser una prostituta! –poniéndose de pie mientras es observada– lo siento –sonrojada hace una venia y vuelve a sentarse– ya te dije que no quiero hacer eso

–Mira Dani, donde yo trabajo hay que firmar un contrato en el cual te garantizan que estarás segura, que si no quieres tener relaciones los clientes no te pueden forzar, sin contar que puedes ganar hasta doscientas mil libras por día –Danielle se sonroja en el acto– mira Dani te pienso obligar –le entrega una tarjeta– pero si cambias de opinión vas a la agencia, y no somos prostitutas somos acompañantes –viendo que llega un hombre en un lujoso lamborghini– bien Dani han llegado por mí

–Ese hombre es…

–Es mi cliente y es el dueño de la agencia dónde trabajo –Danielle se queda pasmada

–Me da miedo –viendo que el hombre baja sus lentes oscuros y le guiña un ojo– ¿no te hace nada?

–Fuera del sexo maravilloso que tenemos, nop no me hace nada malo –Danielle abre sus ojos como platos– bien Dani cuídate por cierto antes de que lo olvide

–¿Qué pasa?

–No cambies esa forma de vestir tan tierna –Danielle lleva un overol negro, una camisa blanca, tenis negros y boina blanca– bien Dani te dejo piénsalo –sale y se sube al auto del hombre y se va

Danielle toma su morral y se dirige al departamento que comparte con Sophie; al llegar entra en su habitación y se sienta en su cama a pensar ¿Qué rayos hacer? Aunque consigue trabajos de medio tiempo por ser menor de edad, sabe que con lo que gana apenas le alcanza para sus gastos personales y un semestre de medicina por lo menos vale miles de libras y la posibilidad de ganar doscientos mil libras por día es una tentación esa noche llega Sophie con varias mudas de ropa nueva sin mencionar que tiene su cartera a reventar así que Danielle toma la decisión de ir a la mañana siguiente y ver al hombre conocido como David Harper…

Entrando con un folder lleno de fotos de hombres acaudalados David se siente en frente de la joven – bien señorita Astley ¿Qué te trae a este lugar?

Tomando un jugo de naranja traído por la secretaria de David– yo…etto…necesito el dinero –sonrojada hasta las orejitas

–Bien –sonriendo de un modo muy perverso– en este catálogo hay varios hombres que estarán más que encantados de pagar por los encantos de una niña linda como tú

–Pero yo…etto…soy

–¿Virgen? –Danielle asiente con su cabecita– bien eso se puede arreglar, podemos dejar estipulado en tu contrato que no te van a tocar de manera sexual hasta que cumplas los diecinueve; a menos claro que tú lo permitas ¿Qué edad tienes?

–Dieciocho, en dos semanas cumplo los diecinueve

–Por eso el modo tierno de vestir –guiñando el ojo viendo que Danielle lleva un overol amarillo suave una camisa color gris, tenis grises y boina amarilla– bien escoge a un cliente del catálogo y lo contactaremos –en ese momento se abre la puerta– oh, James, que sorpresa ¿no podías avisar?

–Sabes que no soy de los que avisan o piden permiso –se queda mirando a Danielle y esta se sonroja en el acto y voltea la mirada– ¿y esta niña?

–¿Te gusta? –Danielle se sonroja aún más– bueno esta dulce niña se llama Danielle Astley y viene para tomar el trabajo como acompañante

–¿Quieres meterte en líos legales? Se nota de lejos que esta niña es menor de edad

–Es mayor que yo cuando empecé con esta vida además ella tiene dieciocho ¿verdad que se ve adorable? – Danielle se sonroja en el acto? además yo sé lo que hago voy a poner en su contrato laboral que no pueden forzarla a nada sexual a menos que ella lo permita, bien Danielle ¿ya escogiste a alguien?

Sonrojada, Danielle mira todas las fotografías – “todos son hombres mayores, se ven asquerosos; no quiero hacer esto mejor me voy” –está por responder cuando James la interrumpe

–Haz el contrato; David me llevo a esta niña –Danielle se queda pasmada y se sonroja aún más

–Estás seguro –James saca su tarjeta de crédito American Express– bien como digas –toma su teléfono y llama a su secretaria– Lucy, si encanto por favor prepara un contrato a nombre de Astley Danielle y Spencer James, pon como clausula principal que la acompañante solo permitirá avances cuando lo considere pertinente

–Si señor Harper, en un momento llevo el contrato –se cuelga la llamada

En cuanto el contrato está listo Lucy entra a la oficina de David, y lo deposita en la mesa David como es costumbre explica las condiciones, clausulas, porcentaje que él se lleva y entrega el contrato para ser firmado; primero firma James con caligrafía perfecta, Danielle al firmar ve una frase que la hace estremecer “la acompañante no puede enamorarse de su cliente” James le hace una seña y Danielle se pone de pie y salen al llegar al parqueadero del edificio suben al porche de James…

Mientras maneja fija la mirada en la joven – bien Danielle ¿tienes hambre, quieres ir a comer algo?

Danielle sonrojada le dedica una mirada baja mientras abraza su morral que tiene forma de gato– yo…etto…sí Señor Spencer tengo un poco de hambre

–Bien vamos a un restaurante, y te conozco un poco más “bien esto me va a ayudar a olvidar el lío de buscar a la bastarda”

–S…sí señor Spencer –al llegar al restaurante llega un valet parking y se lleva el auto– ¿esto es un restaurante? –pasmada

Sonriendo– el restaurante está en el piso veinte –Danielle se queda pasmada– bien vamos –entran al edificio y suben al ascensor, al llegar James entrega su tarjeta de crédito y el capitán de meseros los conduce a una mesa y entrega la carta– ¿Qué te apetece Danielle?

Danielle sonrojada solo puede mirar el menú – yo…no…conozco de esta comida

–Por favor para mí un café y para esta chica traigan creps de jamón provolone y queso mascarpone con un jugo de naranja –el mesero toma la orden y se aleja– bien Danielle ¿Por qué una niña dulce como tú tomaría un trabajo como este?

–Po…porque necesito el dinero –sonrojada

–¿Y tus padres?

–Mi mamá murió cuando yo tenía seis años, y mi papá murió hace dos años

–Entonces ¿con quién vives?

–Con mi mejor amiga Sophie, se puede decir que ella tomó mi custodia para sacarme de la casa hogar a la que pasé al morir mi padre –en ese momento llega el mesero con el pedido– gracias

–Eso no explica, por qué entraste a este mundo

–Yo…etto…quiero estudiar medicina, especializarme en cardiología –mientras come sus creps y toma su jugo– puedo preguntarle algo

–Puedes…

–¿Usted es pariente de Charles Spencer? –James se queda pasmado

–¿Por qué quieres saber?

–Es…es solo curiosidad –sonrojada

–Soy su hijo –Danielle se queda pasmada– ¿Por qué quieres saber de mi padre?

Sus ojitos verdes brillan– porque, porque quería tener la oportunidad de agradecerle por salvarme la vida –James se queda mirándola

–Explícate

–Yo nací con un problema cardiaco congénito, nací sin válvulas bicúspide y tricúspide los médicos le dijeron a mis papás que no duraría ni dos años, al principio me tuvieron que colocar un marcapasos y a los cinco años tuve un infarto, estaba con mis papás en el parque y el doctor Spencer me llevo a su clínica y me operó, me hicieron trasplante de las válvulas

–¿Te operaron del corazón? –Danielle asienta con su cabecita– entonces debes tener una cicatriz

–Sip no es linda, pero bueno me recuerda que estoy viva

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