Capítulo IV

–Buenos días –sonriendo deja la bandeja con los desayunos, Max se acerca a la mesa y menea su cola– espera ya te coloco tu plato

Tallando sus ojitos Danielle poco a poco despierta– buenos días –sonriendo– ¿Qué hora es?

–Las diez de la mañana –sonriendo

–¿Quién eres?

–Mi nombre es Charlotte, soy la nana de James y la ama de llaves de la mansión; eres una niña muy linda señorita Danielle–Danielle se sonroja en el acto

–El señor James ¿dijo quién soy?

–Sí, pero no te preocupes también nos dijo que no intentaría nada que no quisieras y que te cuidáramos de Henry

–¿Por qué al señor James no le agrada el señor Lennox?

–No debería decirte, pero es mejor; solo si James te lo dice finge sorpresa –Danielle asienta con su cabeza– Henry Lennox está escondido en esta mansión por petición de su padre el tío de James, ese hombre violó a una mujer en Bélgica, pero el crimen en sí no es tan grave como para que se esconda el problema es que violó a una de las hijas del rey –Danielle se queda pasmada– y la señorita es una niña de quince años

Con sus ojos abiertos como platos– ¿Por qué el señor James lo ayuda?

–Porque no tuvo de otra, lo tiene escondido y sabiendo que en Europa buscan su cabeza hizo de las suyas acá en Coventry

–¿Qué…qué hizo? –temblando

–Violó a una chica de tu edad hace dos años – Danielle se queda pasmada – ese hombre es un pederasta asqueroso, esa niña era hija de una amiga de la señora Spencer después de eso esa niña se fue de la mansión nadie sabe dónde está

–El señor James ¿ha buscado a esa niña?

–Sí, nos dijo que dio con ella pero la chica no quiere regresar de que está bien con su hermana mayor en Europa

–Es bueno saber eso, debe ser que por eso Max no le agrada ese sujeto –se pone de pie y se sienta a tomar su desayuno– no sé qué hacer mientras llega el señor James y aún falta para que comience mis clases

–Puedes ir al gimnasio, o a la piscina, puedes entrar en el despacho y leer algún libro, o ir a los jardines, o a los bosques pero ve con Max –sonriendo– o puedes ayudarme en la cocina ¿sabes cocinar? –Danielle asienta con su cabecita mientras termina su desayuno– perfecto; cuando quieras vas a la cocina y me ayudas

–Si señora Charlotte…

–No me llames tan formalmente, puedes llamarme solo Charlotte o nana; cómo te sientas a gusto –toma la bandeja y sale por la puerta

–Bien Max, veo que el Señor James te ha entrenado bien –viendo que Max está parado en la puerta, esperando para ser sacado a pasear– ¿puedes esperar que me dé un baño? –Max se agacha y cierra sus ojos– bien no me demoro…

Danielle entra en el baño y se da una ducha, al salir busca entre el closet y decide ponerse una camisa blanca, una falda verde, tenis blancos y boina verde; al terminar de vestirse sale con Max a dar un paseo. Está paseando con Max por el bosque cuando siente que los siguen…

Danielle se da cuenta de que Max ha detenido su marcha y está gruñendo a un árbol– Max ¿Qué te pasa? –del árbol sale nadie más y nadie menos que Henry– señor Lennox buenos días –haciendo una reverencia– “esto no me gusta, ¿Qué quiere ese hombre conmigo?”

–Dani, buenos días –sonriendo intenta acercarse, pero Max se coloca enfrente de Danielle y empieza a ladrar– veo que has traído al perro –molesto

–¿Qué tiene de malo que haya traído a Max? –temblando

–Bueno…tiene mucho de malo porque quería pasar un buen rato a solas con el nuevo objeto de contemplación de James

–¿Por qué dice eso? –sollozando, mientras Max ladra con más fuerza y más rabia– “no sé porque lloro, si yo ya sé que solo soy la mercancía del señor James que él no me fuerce a nada no significa que le importe o…o que me quiera” po…por favor no se me acerque

Henry se acerca y Danielle da unos pasos hacia atrás y el perro igual mientras le gruñe– déjame adivinar ¿eres virgen? –Danielle se sonroja en el acto– ¿Qué te parece si dejas a ese perro en tu habitación y vienes conmigo a la mía? Pasaremos un buen rato y te puedo enseñar a complacer a James tempano de hielo–relamiendo sus labios

–Yo…yo no quiero nada con usted aléjese de mí; soy la acompañante de Señor James y solo él tiene derecho a tocarme –Henry intenta tocarla, pero Max da un salto y lo muerde en el brazo– ¡Max déjalo!

–¡Ahhhhhhh, maldito perro suéltame! –intentando zafarse de Max

–¡Max suéltalo y vamos a la mansión! –Max suelta a Henry y los dos salen corriendo

Mientras se sostiene su brazo ve la silueta de Danielle alejándose – ¡m****a, no debería estar con ese perro ni siquiera puedo denunciarlo, o terminaré preso; m****a, m****a, m****a tengo que ir a que me curen el brazo y decir que me mordió un perro callejero! –se dirige a la mansión

Al llegar Danielle a la mansión entra corriendo a su habitación y se encierra, se acurruca a una esquina y se aferra a Max mientras este se relame los labios. Al momento entra Charlotte y encuentra a la niña acurrucada y llorando…

–¿Qué pasó Dani?

–Ese hombre…ese hombre –entre hipidos

–Por eso Max se está relamiendo los labios ¿verdad? –Danielle asienta con su cabecita– tranquila ese hombre ya sabe que no solo está James para cuidarte, hiciste bien en hacerle caso y no ir sola al bosque

–Tengo miedo, ese hombre me quiere hacer algo lo sé

–Tranquila Dani –pensativa– ¿quieres ir a la cocina conmigo? –Danielle asienta con su cabecita– bien vamos hoy tengo que hacer filete mignon con guarnición de champiñones, puré de papas y de postre cheesecake de chocolate

Danielle sale y se dirige con Charlotte hasta la enorme cocina de la mansión, se coloca un mandil y una redecilla para el cabello, y ayuda a Charlotte a cocinar mientras Max está siempre a su lado echado o siguiéndola por toda la cocina. Al caer la noche James regresa y ve a Danielle en el despacho de la mansión leyendo un libro…

Buenas noches, Danielle –Danielle se gira y recibe una sonrisa

–Bienvenido señor James –deja el libro en la mesa y se pone de pie– ¿Cómo le fue?

–Me fue bien Dani –besando a Danielle en los labios– y tú dime ¿Cómo te fue en tu primer día en la mansión? –Danielle se sonroja en el acto– ¿pasa algo? –Danielle niega con su cabecita– bien te creo, vamos a cenar

–Yo…yo ayudé a Charlotte con la cena –sonrojada hasta las orejitas

–¿Sabes cocinar? –Danielle asienta con su cabecita– bien veamos a ver qué tal te fue con la cena, y antes de que lo olvide después de la cena iré a tu habitación

–¿Puedo saber para qué?

–Puedes, quiero empezar a ver qué cosas sabe mi dulce y linda morena –Danielle abre sus ojos como platos– bien vamos a cenar ¿sabes dónde está Henry? –Danielle niega con su cabecita– bien en cualquier momento ese bueno para nada llega

Ambos se dirigen al comedor para cenar, mientras cenan Danielle no puede controlar su curiosidad así que toma coraje para preguntarle a James ¿Qué pasa con Henry?

–Señor James –James levanta la mirada– puedo saber  ¿Por qué no le agrada el señor Lennox? –sonrojada

–Es mejor que sepas la verdad, para que te alejes de ese imbécil –suspirando– desde hace dos años ese idiota vive en la mansión, él vivía en Bélgica pero, tuvo que salir huyendo porque violó a la hija menor del rey –Danielle abre sus ojos como platos– así que tiene circular roja de la interpol

–Pero ¿usted no se meterá en problemas por esconderlo?

–Bueno cuando vino acá dijo que se había metido en líos de apuestas mi padre le dio protección hasta hace dos meses que supimos el porqué

–Entonces ¿Por qué no lo entrega?

–Porque, aunque tenga circular roja de la interpol Coventry no tiene convenios de extradición con Bélgica, es decir él puede andar “libre” por las calles eso sí, si lo arrestan está jodido porque yo no lo pienso ayudar; aunque estoy siendo sarcástico con eso de que es libre…

–Entonces ¿siempre está en la mansión? “ay no, yo no quiero estar con ese hombre en la mansión”

James asienta con la cabeza mientras limpia sus labios – mira Dani, debes tener presente esto ese hombre es un pederasta le gusta los niños no importa el sexo; en la mansión vivía una niña de tu edad se llama Camila, es hija de una amiga de mi madre y ese hombre la violó, lo denuncie pero Camila escapó sin su testimonio nada se puede hacer –en ese momento llega una criada con el postre– gracias…

–Entonces, no debo quedarme sola –sonrojada mientras come el postre

–Está muy rico este cheesecake –los ojitos de Danielle brillan– “ay niña, bueno no te puedo negar que cocinas delicioso; pero tengo que seguir con esto usarte hasta que me canse, dejarte seca, destruir tus ilusiones” bien Dani tengo que revisar unas cuentas bancarias de la empresa, pero no demorare sube a tu habitación y me esperas

–Si señor James –se pone de pie– vamos Max –el perro la sigue y suben las escaleras

James se dirige al despacho, y revisa sus cuentas bancarias cuando entra Charlotte y él sabe de qué se trata…

–¿Qué le hizo ese imbécil a Danielle? “que solo quiera a esa niña para cogérmela, no significa que no la vaya a cuidar mientras viva en mi casa”

–Dani fue al bosque y Henry la sorprendió por fortuna iba con Max y el perro mordió a Henry en el brazo

–Eso es poco para ese cerdo –escucha como se abre la puerta de la mansión– nana apaga mi computador y deja el despacho cerrado con llave –Charlotte asienta con su cabeza y James sale hacia el recibidor– se puede saber ¿Qué son estás horas de llegar y dónde estabas por cierto? No se me olvida, que tú tienes una orden de arresto

–Estaba en la calle, es aburrido estar todo el día en la mansión –James arquea una ceja, acto seguido se acerca toma a Henry del brazo– hump

James le descubre el brazo y ve el vendaje– ¿Qué dijiste en el hospital?

–Que me mordió un perro callejero –mirando hacia otro lado

–Me parece bien, te lo advierto aléjate de Danielle –le suelta el brazo y sube las escaleras, entra en su habitación, deja su abrigo en la cama y entra por la puerta hacia la habitación de Danielle y la encuentra en la mesa dibujando– ¿Qué haces Dani?

–Estaba haciendo un paisaje del pleistoceno –le muestra el dibujo de un paisaje de la era de hielo– ¿Qué le parece? –sonriendo

–Bello, tienes en verdad talento ¿Por qué no estudias artes?

–Porque yo aprendí a dibujar para darle muchos dibujos a mi mamá –sonrojada

–Bien – tomando a Danielle de la mano– ven conmigo más tarde puedes terminar tu dibujo –Danielle se sonroja en el acto, James la lleva hasta el sofá y se sienta– siéntate en mis piernas

–¿Eh? –más roja que un tomate

–No debes olvidar por qué vives en mi casa –Danielle asienta con su cabecita– así que no volveré a decirlo siéntate en mis piernas –en clara orden, Danielle con mucha pena se sienta en sus piernas

–¿Así señor James? –completamente roja

–Me gusta, pero no me refería a esta forma –haciendo una sonrisa muy perversa

–Yo…etto… ¿Cómo tengo que hacerlo?

–¿Nunca has visto una película porno? –Danielle niega con su cabecita– ¿nunca viste una escena comprometedora de tus padres? –Danielle se queda pasmada y se pone de todas las tonalidades de rojo– dime Dani –retirando el cabello de Danielle y besando su cuello

Danielle se pone de pie, queda frente a James y se sienta sobre él con sus piernas separadas– ¿así? –sonrojada

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