Abbey
Ya han pasado unas cinco horas desde que me acosté para supuestamente dormir pero no tengo ni la más mínima posibilidad de hacerlo.
El recuerdo de lo que le hice y dije a Evan me carcome desde dentro hacia fuera.
Me odio, me odio con el alma, porque yo fui la causa de todo el dolor en el rostro de Evan, de todo el sufrimiento y la tristeza que se encontraba allí. Aún así me seguía reflejando en sus ojos brillosos, como si su amor por mí no hubiera disminuido ni aunque le contara que era asesina.
Yo misma me reflejaba en esos ojos torturados, pero él aún así me miraba con cariño y ternura, aunque destroce su corazón.
Jesús, él no podría odiarme más de lo que yo lo hago.
Volteo y volteo en la cama, incapaz de dormir. ¿Alguna vez podrá perdonarme?
En la oscuridad de la noche moviendo mis
-No puedo respirar. - me quejo en una inhalación brusca.-Falta poco ama. - dice Jaida con esfuerzo y tira con más fuerza los cordeles del corsé-Si si. - coincide Jane agitando la cabeza de arriba a abajo. - Además el señorito Ean ha elegido el vestido él mismo.Hago una mueca y Jane se disculpa con los ojos. Pensar en él me da repelús, pero de todas formas le sonrió para aliviarla.-Necesito que vengas aquí atrás. - le dice Jaida a la menor.Ella deja el espejo que estaba sosteniendo frente a mi y va con su hermana.-A la cuenta de tres necesito que respire profundo ama. - me avisa Jaida.Me preparo mentalmente para el conteo.-Tres!. - grita una de las dos y no puedo identificar bien, porque apenas siquiera me dio tiempo de respirar antes de que tiren de los cordeles con todas sus fuerzas.-Mierda. - digo apenas respirando-No suelte t
Evan-¿Dónde?. - lo enfrento. - ¿Dónde está Abbey?Alza los hombros restándole importancia y aprieto la mandíbula para no hacer una estupidez.-Te voy a preguntar una y solo una vez más Ean. - me acerco y lo tomo de la chaqueta. - ¿Dónde está Abbey?-Fue corriendo al Ala Sureste. - contesta simpleEstoy seguro que la vena en mi frente está a punto de explotar.-¿No la detuviste?Se encoge de hombros-No era mi proble..El puñetazo que le acierto sale sin dudar de mi cuerpo, una rabia ciega me llena de adrenalina.-Tuviste la oportunidad y no la detuviste!?Él está en el suelo y escupe sangre con una mirada de desdén.-Si la quieres como tanto dices, ¡cuidala maldita sea!. ¡Fue directamente donde está el fuego!Sin perder más
AbbeyEl miedo que sentí cuando Evan golpeó el suelo como si fuera un costal de papa no se comparó a nada. Es decir, realmente se veía muy mal, pero los médicos me aseguraron que solamente era debilitamiento por ingesta de humo o algo por el estilo. Al atenderlo se dieron cuenta de la lesión en su tobillo, el de él es más severo que lo mío. Ellos me dieron un analgésico y ya casi quedé como nueva, sin embargo a Evan le tuvieron que vendar e inmovilizar.Hace ya dos horas que se desmayó y ahora estoy a su lado esperando a que despierte. El humo sigue saliendo de la mansión que se ve a lo lejos, ya que estamos en la parte trasera de la ambulancia. Según ellos no iban a utilizarlo porque fueron a atender a los demás heridos en la mansión.Evan se empieza a remover.-Maldición. - su voz es ronca.
-¿Color favorito?-Azul y ¿el tuyo?-RosaBufó divertido.-¿Qué?. - pregunté medio molesta, medio divertida.-Es que casi la mayor parte del tiempo estás usando ese color, así que ya me lo suponía.Subo los hombros con inocencia.-No es mi culpa que a ti no te gusten los buenos colores.Él ríe entre dientes y agarra un mechón de mi cabello rubio retorciéndolo entre sus dedos.Hoy es un día muy extraño, en el sentido de que no hemos hecho nada. Casi literalmente.Cuando desperté temprano como de costumbre estaban allí mis dos doncellas, siempre pulcras y bonitas. Y me pregunté, si ellas me despertaban super temprano, ¿entonces qué hora ellas se despiertan para estar así de bonitas y completamente preparadas? Misterios qué no puedo resolver, cuando las vea de nuevo
-Levántate. - un suave pero firme apretón me hizo ser medio consciente.-Ya, el instituto no se irá corriendo. - di media vuelta para seguir durmiendo unos cinco minutos más.-No hay instituto lo sábados. - esa voz sonó tan cerca de mi oído que el aliento cálido soplo varias hebras de mis cabellos.El pensamiento de alguien tan cerca como para sentir su aliento no caló en mí hasta segundos después.Solté un gritito agudo y me senté rápidamente. Mal, mal hecho. Me di de bruces con algo muy duro y ahora otra voz se unió a mi gemido de dolor. Mientras que otras voces jadeaban de incredulidad.-Dioses. - replicó Evan tocandose la frente. - olvidaba lo ruidosa que eres al despertar.Tuve una vista panorámica de mi dormitorio y vi a Evan irritado sentado en el costado de mi cama sobandose la frente y a mis dos doncellas para
-Entonces Evan, ¿cuántos años tienes?Si pudiera fulminar con la mirada a mi madre, lo haría. Ella más que nadie sabe cuántos años tiene mi prometido. Estábamos comiendo en la pequeña mesa del comedor, un rico plato de pasta con algo más que no supe identificar, pero que Evan aseguró que sería delicioso. Y no se equivocó.Evan con sus finísimos modales bajó los cubiertos, se limpió la boca y contestó.-Dieciséis señora, pero en un mes diecisiete.A mi casi se me cae la mandíbula al piso. Demonios! Falta un mes para el cumpleaños de Evan y yo no estaba ni enterada. Miro a Evan y él solo se encoge de hombros como diciendo no es importante.Arrugo el ceño, claro que es importante._Ah, es decir eres menor que Abbey, eh muchachito?Mi padr
-Entonces le dije que la cena estaba deliciosa y que él era increíble..Hubo un pequeño grito de emoción, las doncellas y yo estábamos sentadas en mi habitación. Yo contándole sobre Evan y ellas escuchándome atentamente.Salté en mi lugar al oír un carraspeo cerca de la puerta.Las doncellas al instante se levantaron del suelo y se pusieron en una esquina de la habitación con la cabeza gacha y las manos en la espalda.-¿Quién es increíble?. - al levantar la vista lo vi, él vestido de camisa blanca remangada hasta los codos y corbata, le daba un aire de filósofo elegante y ya que estaba con los ojos cerrados, la cabeza inclinada hacia abajo y uno de los pies descansando por la pared, era la viva imagen de la arrogancia.Puse la espalda recta y la cama se movió con mi nueva posición.-Es de mala educación escucha
Tres días después de haber despertado en el hospital y que me dieran el alta, porque de milagro no me había roto ningún hueso, estaba preparándome yo sola en mi habitación, mis doncellas tenían los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y yo no estaba mejor.-Estoy lista. - avise con voz ronca, mientras anudaba el último lazo del vestido negro que llevaba. La voz casi se me había arruinado por completo de tanto llorar y de gritar el nombre de Evan.Mis doncellas estaban sentadas el pie de mi cama y me miraban a través del espejo, Jaida trató de sonreír pero le salió una mueca. Yo no traté de devolverle el gesto. Estaba demasiado devastada como para fingir lo contrario.En silencio nos dirigimos y subimos a la limusina negra, saludé a Robert con un asentimiento de cabeza y nos colocamos en la parte de atrás. Los recuerdos que me inundaron de esta