Capítulo 58

Diego, la observó confundido y también avergonzado. Aunque no habían ido más allá, tal vez la intensidad de su beso provocó esa situación, que ninguno de los dos buscó, sin embargo, no entendió la reacción de Paloma.  Era como si todo eso fuera nuevo para ella. Es que ninguno de los dos se había atrevido a confesar esa parte de su pasado, era algo tan íntimo, delicado y vergonzoso.

Un profundo silencio inundó la habitación, golpecitos de unas manitas los alertaron, era Sonia, con los bebés que ya tenían sueño.

Diego abrió la puerta.  Dulce María, se lanzó a los brazos de él.

—Pa...pá...— balbuceó la niña, era su primera palabra y se la decía a un hombre que no llevaba su sangre, pero que la amaba como a una hija desde el instante que nació.

Paloma se sorprendió, observó a Diego, quién en ese momento abrazaba a Dulce, con lágrimas en los ojos, recordando a su pequeña hija, para él fu

Angellyna Merida

¿Qué les pareció la terapia de Diego y Paloma? por otro lado también vemos a Lourdes, renovada, ojalá pueda reencontrarse con su hija.

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