Capítulo uno
Pov Jexi
Cada uno se define como normal en la sociedad, pero yo no soy ni de la sociedad, ni de las personas normales.
¿Qué estoy loca?
Ni yo misma lo sé, lo único que sé es que tengo unas miserables ganas de ir al baño a descargar mi desayuno a base de frutas por parte de mi madrastra, la fitness.
Agarro mi estómago por debajo de la camisa y una gota de sudor frío corre por mi frente, miro atentamente las manecillas del reloj esperando por el timbre y con cada segundo que sube sé que es menos tiempo para salir corriendo al baño, pero sinceramente me parece una eternidad.
Y aquí vamos.
5... 4... 3... 2... 1...
¡Trrrrrrrrrrrrrrrr!
Me levanto tan pronto como puedo exaltando a todo el mundo, pero para mí es más importante llegar al baño sin tener un manchón marrón en mi trasero, la profesora dice algo que ignoro totalmente y salgo corriendo del aula de clase. Cruzo entre la multitud con la cabeza baja y simulo dar arcadas de vómito para que no sospechen que mi urgencia es otra.
Un clásico.
Calla, Fally.
Entro la baño y le doy una rápida mirada baja a las chicas que están arreglando su maquillaje, dirijo mis pies al último cubículo vacío y cierro la puerta con toda la calma del mundo para no exaltarlas.
Tiro de mi cabeza hacia atrás y cruzo con fuerza mis piernas, ¿por qué tienen que estar aquí?
¿Pensabas que el baño estaría vacío? ¡Pues no!
Volteo a ver el inodoro con aprecio y muerdo mis labios, giro a la puerta y doy un largo suspiro.
Lo siento, pero mi urgencia es primero antes de que se me reviente la tripa. Solo espero que ellas ya no estén ahí cuando salga.
...
¡LLEVO UNA HORA Y MEDIA METIDA EN EL CUBÍCULO!
Restriego ambos brazos con mis manos y escucho como las chicas de antes aún siguen charlando animadamente y riendo por cosas que no puedo escuchar.
Tengo miedo de salir.
En algún momento tendrás que hacerlo, llénate de valor y da la cara.
Ruedo mis ojos.
Para ti es fácil decirlo porque no eres la que da la cara.
Pongo mi cuerpo recto, tomo el pomo de la puerta, la abro lentamente y calmo mi agitado corazón, miro con la cabeza alta y decido dar el primer paso fuera, cierro detrás de mí y me giro hacia un lado donde veo a la hija mayor del Alpha sentada en la encimera de los lavamanos —Pensé que tendría que sacarte de ahí —habla e inmediatamente bajo la mirada al suelo por respeto.
—Lo siento, estaba apenada porque pensé que las chicas de antes estaban aquí para burlarse de mí.
Escucho sus zapatos sonar al bajar y se coloca en frente de mí —Levanta la mirada, no me gusta que hagan eso conmigo, de hecho a ninguno de mis hermanos y a mí nos gusta eso —acato su orden y observo fijamente esos ojos mieles —yo era la que estaba perturbando tu mente con esas voces, quería ver hasta que punto puede llegar tu miedo, además que he estado practicando con mis poderes.
Aferro mis manos a las maniguetas de la bolsa —¿y precisamente tendría que ser con esto? ¿No podría haber sido con otra cosa? Le hablo con todo el respeto que se merece —desvío la mirada.
Sonríe —Quiero que te contestes algo —camina hasta la puerta del baño y la abre —¿De qué te sirve ser inteligente, ser sabio y saber batallar, si cuando llega el momento de enfrentar tu miedo ni siquiera puedes calmar tu descontrolado corazón —sonríe y sale dejándome completamente sola.
En parte tiene razón, si no afrontamos nuestros miedos estos nos comerán, pero yo no tenía miedo... Solo estaba nerviosa, eso es todo.
Quero entra emocionada sacudiendo sus manos y palmea sus mejillas rojas —A qué no adivinas a quien acabó de ver.
Cierro el grifo y me ladeo para enfrentarla —Sí, estoy bien, no me pasa nada, gracias por preguntar —pongo mis brazos en forma de jarra.
—Eso no importa —me jala a los pasillos y pega mi pequeño cuerpo a los casilleros —mira quienes están esperando afuera de las oficinas del director —toma mi barbilla con fuerza y me hace ver a los puestos ubicados fuera de la secretaría.
En estos están sentados Kayla Dhall y Yannick Dhall, cada uno está metido en lo suyo mientras que nosotros, los hormonales niños del instituto, sólo sabemos observarlos como bichos raros de otro planeta.
Me suelto del agarre de Quero —Yo estuve hablando con Kayla Dhall en el baño... —no me deja terminar de hablar.
—¿Y qué te dijo? ¡Dime qué te dijo! —susurra mientras da pequeños saltitos en su lugar.
—Me dijo que a ellos les incomoda esto de ser vistos como algo superior o un extraterrestre sumamente peligroso.
—¿Entonces eso quiere decir que puedo acercarme a hablarle a Yannick? —sus ojos brillan y su rostro toma el color de un tomate maduro.
Niego sonriendo —no creo que tengas mucha conversación con él, pero si quieres intentarlo —me encojo de hombros.
Abre su boca para decir algo, pero suena la voz del director por los parlantes —Como ya sabrán, hoy es la despedida de nuestros estudiantes estrella, por favor, todas las unidades dirigirse al gimnasio del instituto, por favor, todos los estudiantes y profesores dirigirse al gimnasio —corta y no tiene nada más que decir para que una gran abalancha de personas corran por los pasillos hasta el lugar de la fiesta.
Después de todo es mejor que estar metido en un salón de clases aburrido —VAMOS —Quero me toma de la mano y me suelto enseguida.
—Prefiero irme a casa, no soy de estar en multitudes, no me gusta.
Ella hace un puchero y cruza sus brazos enojada —Jexi, no me hagas esto, además cuando estés vieja vas a pensar —hace comillas con sus dedos — "pude haber ido a una fiesta con los Dhall y no aproveche la oportunidad"
—Concuerdo con ella —la hija mayor del Alpha se posiciona a nuestro lado con el amado de mi mejor amiga —recuerda de lo que hablamos —voltea a ver a su hermano —sigamos.
Este nos da una mirada rápida a las dos con esos ojos verdes y Quero no puede evitar esconder su cara de vergüenza dentro de su camisa, él regresa a su móvil y sigue a su hermana sin mirar hacia atrás, desaparecen al fin la del pasillo y atraigo hacia mí a mi mejor amiga con lágrimas debajo de ese suéter —Ven, tranquila, no estés nerviosa.
Suelta en llanto —estuvo a centímetros de mí —saca su cabeza y me toma de los hombros sacudiendome —estuvo a escasos centímetros, Jexi.
Intento soltarme retrocediendo, pero ella cada vez más me jamaquea de un lado a otro, mis pies se enredan por no saber donde pisar y uno se dobla hacia afuera, mi cuerpo pierde el balance de peso y cierro mis ojos en pleno trayecto al piso, unos brazos fuertes me atrapan en el aire y rápido restaura mi gravedad, sus ojos azules y cabello negro me hacen juntar mis cejas y doy dos brincos hacia atrás saliendo de su espacio personal.
—¿Estás bien? —cuestiona pasando una de las manos por su cabello.
Asiento jugando con mis dedos —Sí.
Sonríe —Me alegra escuchar eso —mira a mi mejor amiga —deberías tener más cuidado, ¿de acuerdo?
—No medí mi fuerza, Alpha. Lo siento, tanto como para mi mejor amiga, como para usted.
—Entiendo —me da una última mirada y señala los pasillos vacíos —me tengo que ir —bajo la cabeza asintiendo y él comienza su rumbo al gimnasio, levanto mi rostro y giro en su dirección para ver como como desaparece de nosotras con un caminar impecable.
Un silencio abrumador llena los pasillos y cierro mis ojos antes de escuchar el gran grito de Quero resonar por mis oídos sensibles. Ella habla y en lo único que pienso es en sus ojos y esa sonrisa.
Supongo que por eso es que todas las niñas se meten con él, también debo admitir que se ve bien, pero es Elián Dhall, el mujeriego de la familia.
Niego, no tiene caso pensar en él.
...
Capítulo dosEl bullicio de la gente hablando taladra mis oídos y mientras más pasa el tiempo desearía estar en mi casa, tranquila, con mis barras de granolas viendo series turcas en mi computador.¿Pero tu no eras la que odiabas los cliché?Los odio en la vida real, pero no en el mundo ficticio de una novela.Sabes que eso te contradice, ¿no?Ruedo mis ojos y doy un largo suspiro, jorobo mi espalda y observo como mi Quero habla tan animadamente con su mejor amigo, que por ende, también lo es para mí según ella, pero yo lo considero más como un conocido.Un conocido que gusta de ti y está obsesionado con eso de que somos su mate, que no se te olvide.Gracias por aclararlo, Fally.De nada, para eso estamos.
Capítulo tresTengo la caja de chocolates, las notas de disculpas, las películas románticas que le gusta y por último, pero no menos importante, fotos de Yannick en un mini album.Aunque creo que eso es lo más importante de la caja.Antes de ayer, cuando me fui por mi repentino descubrimiento amoroso desastroso, ella milagrosamente fue escogida por Kayla y al notar que yo no estaba para celebrar su triunfo se enojo muchísimo conmigo hasta el punto de no hablarme ni determinarme por completo.Pero yo sé que con esto que le llevo me perdonará.Justo ahora lo más complicado de hacer para mí es entrar al enorme edificio.Dhall HoldingsAntes de entrar le hecho un vistazo a las personas de un lado a otro con ropa profesional y perfectamente coordinadas, cada uno se apoya ent
Capítulo cuatroMis piernas me decían que me fuera, que si tenía algo de decencia tomara mis cosas y me largará de aquel lugar, pero mi dignidad como persona ganó la batalla y ahora me encuentro metida en una camioneta con él.Aunque no me siento mal, pero tampoco bien y todo esto es porque él está enfrascado en su mundo ignorando totalmente a la persona que tiene a su lado.¿Cómo sucedió todo después de aquel incidente?Pues...FlashbackUis, parece que alguien está en problemas.Fally, lo que menos necesito ahora es que me metas más presión de la que ya tengo.La pechugona corre hasta Elián con falsas lágrimas en sus ojos y me señala —ella empezó todo, ella me dijo cosas horrible
Capítulo cinco¿Estará o no estará enojado?Doy vueltas sin parar en mi cama pensando en lo que hice ayer, ¿estuvo bien hacer eso? ¿Y si luego me busca para pedirme explicaciones? ¿Y si me demanda y me meto en un lío gordo?Gorda estas tú por comer chocolate sin parar.¡¿No te das cuenta que todas las calorías las quemas tu por mí en los entrenamientos de fin de semana en el equipo de gammas?!Pero nunca esta de más que dejes de tragar. Una ayuda no vendría mal, amiga, además Elián no te volteara a ver, solo digo eso.¡QUE ESE IDIOTA NO ME IMPORTA!¿Entonces que haces pensando en él en plena madrugada?Es cierto... ¿Qué hago pensando en &e
Capítulo seisQué hago... ¿Qué hago?¿QUÉ HAGO?Muerdo mis uñas escasas y me asiento en la cama, tecleo varias respuestas, pero simplemente no puedo enviárselas porque sé que no se irá hasta verme.Y, después de todo...¿CÓMO CONSIGUIÓ MI DIRECCIÓN?Muerdo mis labios y me levanto, camino hasta la ventana de mi habitación y me asomo a duras penas por un costado de las persianas.¡Vete!Sus manos están metidas en los bolsillos de sus jeans a la vez que juega con una pequeña piedra con sus tenis blancos, su suéter manga larga lo protege del frío que hay afuera y su mirada ida vuelve a revisar su móvil.Mi vista se desvía dos casas m&aacu
Capítulo sieteMe aferro con todas mis fuerzas a la chaqueta de Neftali, los autos van quedando atrás con todo el tráfico que se genera en el atardecer mientras que la brisa revolotea mi larga melena semi-oscura.Todo sea por un bien.Mira en que me he metido por culpa de ese loco maniático acosador de cabello negro y ojos azules, esto es impresionante. Si tan solamente él no se hubiese metido en mi vida...Concentrate mejor en lo que le dirás a la persona que agarras con tanto fervor en vez de pensar chorradas, porque sabes que él también mirara el contenido de ese ordenador.Ruedo mis ojos, aunque tampoco le falta razón a la loca de fally, y una de mis estrategias es decirle la verdad, sin embargo puede alterarse y mandar todo a la mierda y entonces perderé mi batalla, pero es que no s&eacut
Capítulo ochoEn los ojos de mi padre soy novia de él.Neftali... Mi querido Neftali.Cuando te pille te voy a ahorcar.—¡QUE BUENO! —mi madrastra chilla con alegría ante la noticia —sabía que ella tenía novio y vi que no hice mal en avisarte ese día —habla con mi padre y me mira —¿y cuando tendremos la dicha de presentarnos formalmente entre familias?Alzo mis manos —Woa, woa, woa. Para el carro que hasta allá no va la cosa —niego y tomo el puente de mi nariz —solo somos novios, no mates o pareja predestinada como para presentarnos en una cena familiar.Ella se arrima a mi padre y lo ve con ojitos brillosos —Sí, ya lo sé, pero miranos a nosotros. Tu madre te dejó al intemperie con tu pap&
Capítulo nueveAferro mis brazos a la chaqueta que cargo puesta y froto mis manos con mi suéter ancho —¿Por qué tenía que ser a esta hora? —habló en voz alta —estúpido Neftali, me las va a pagar.Saco mi móvil del bolsillo de mis pantalones de pijama y veo la hora.Cinco treinta y cinco de la mañana.Mis oídos captan unos pasos cerca provenientes de mi este y no tengo ni que voltear para saber de quién se trata.—Hola —su tono de voz es suave —¿Cómo has estado?Junto mis cejas y sonrío irónica —No sé si darte las gracias por salvarme de algo fuera de mi liga o no dártelas por lo que hiciste —me giro para quedar cara a cara —quiero hacerte una pregunta, Neftali.—