ViktorCamino entre los paquetes que ya están listos para enviar a Miami, con uno de mis socios nuevos, de esos que obtuve cuando acabé con los Scott. He estado afianzando los lazos con esos socios nuevos, demostrándole que soy el mejor proveedor que tendrán y con mejor precio.—Creo que hay un socio nuevo que quiere hacer negocios— Leandro supervisa a los que cargan todo a la avioneta y yo sigo mirando como terminan de empaquetar todo —es otro que era aliado de los Scott.—Ya sabe donde encontrarme— lo dejo allí y me voy con uno de los hombres que está empaquetando. Tomo uno de los empaques y se pone nervioso, sé que algo anda mal —Pésame este— le digo al que tiene al lado y ese frunce el ceño, pero obedece. Quito la vista un momento para ver la balanza, y cuando lo pesa, su cara se transforma en sorpresa y después de miedo, se que no tiene nada que ver, pero teme a que lo mate a el tambien. —pésame este otro— le lanzo otro paquete que ataja en el aire y lo vuelve a pesar, me doy cue
EmilyNunca había salido vestida de hombre, solo aquella vez que me escapé de casa de Viktor, pero por suerte aquella mujer me prestó un vestido, ahora vuelvo a repetir lo mismo. Ando con unos monos deportivos color azul, que imagino usa Viktor para correr en lo que va al Gimnasio, una camiseta de algodón blanco manga largas y una gorra que me dejará un poco desapercibida de quien soy. Nunca había estado lista tan rápido en mi vida, por eso corro escaleras abajo. Tomo un cuchillo de la cocina y lo guardo en un costado por si me encuentro a la zorra esa que se que aprovechará cualquier oportunidad de verme indefensa.Voy hasta la puerta y la abro, topándome con uno de los gorilas que pone Vik para cuidarme—¿A dónde va?— Me habla uno de ellos con el ceño fruncido obstaculizado la puerta. Al menos este me habla, porque los de mi padre ni siquiera me veían—Tengo que buscar a Viktor, así que dame espacio para salir.—Lo siento señorita, pero tengo ordenes de no dejarla salirSaco el cuch
Extra de Leandro***—No— respiro agitado por el miedo que me toma —Por favor Déjala. Puedes llevarme a miLa risa malvada que se le dibuja en el rostro, me provoca escalofríos.—Yo no te quiero a ti, pequeño. Tu hermana crecerá, y ella valdrá mucho si la mantengo virgen hasta que cumpla 14. La edad perfecta para ser vendida a buen precio.Busco con mi vista algo con que defenderla, pero no hallo nada—Te suplico que la dejes— las lágrimas que me corren por las mejillas las siento amarga. solo deseo ser mas grande y tener la fuerza suficiente para darle su merecido a este hombre que se quiere llevar a mi hermanita.—Llévensela— ordena a sus hombres y mi pequeña hermana solo llora, es mucho menor que yo, y aunque no entiende lo que está pasando, sabe que algo anda mal y llora desesperada.Corro hacia donde está el hombre que me quita a mi hermana y le muerdo el brazo haciendo que su arma apunte a cualquier dirección y se le vaya un disparo, el grito que suena por el lugar, me hace volt
Emily BerksSi otra persona ve al Viktor que veo yo, le temblarían las piernas y huiría despavorido, sus ojos ni siquiera se posan en mi, solo están en su amigo, imagino que debe estar molesto pensando lo que no es. Leandro se levanta de golpe y cuando veo sus intenciones de pararse frente a mi, interpongo un brazo y lo detengo, negando con la cabeza para que me lo deje a mi.—¿Qué esta pasando aquí?— pregunta con voz molesta y erguido. Aunque la pregunta suena general, sigue mirando a Leandro con cara de querer matarlo—Nada que te importe.—Em— susurra Leandro para que no lo provoque, pero sigo molesta con Viktor—claro que me importa, ¿Qué haces en la habitación con Leandro y casi desnudo?— ruedo los ojos con eso, ¿casi desnudo? Lo único que le falta es la camisa ¡Por Dios!—¿No ves? Íbamos a follar— me burlo, ¿Cómo cree que tendría que tirarme a su amigo en nuestra casa? —Por eso nos viste uno encima del otro— aprieta la mandíbula y la voz de Leandro es la que aparece desde atrás
LeandroBajo después de que aquellos par de tórtolos se encerraran en el cuarto y montaran una sinfonía de gemidos que no quiero escuchar. Me encanta verlos felices, Viktor y sobretodo Emily, merecen serlo. Han pasado por tanto, que creo que necesitan un respiro de la vida, de tanta mierda que da este mundo.No se que tanto ha sufrido la pequeña Em, solo se que siempre estuvo encerrada y que tenia un padre tan miserable que hizo que le quitaran a su madre y la vendió como un saco de papas.Y Viktor siempre tuvo una vida sin reglas, nunca se supo a ciencia cierta lo que pasó con su madre, siempre fue su padre el que estuvo allí, al igual que sus hermanos, pero el mas jodido siempre fue Iván, porque mi amigo me contaba, que siempre hacía lo que le venía en gana, que le llevaba la contraria a su padre y siempre había consecuencias para otros por sus actos.—¡Es que te mato!— esa voz me paraliza y no me deja reaccionar a tiempo cuando se abalanza sobre mi, golpeándome en el pecho con sus
EmilyDespués de mostrarle a Eunice cual sería su habitación, y que me suplicara que hablara con “mi Marido” como lo llamó ella, salgo para saber donde se metió Leandro y sacarle de que conoce a Eunice. Aunque Viktor me dejó claro que tuvieron algo, y eso lo creo.Reprimo una carcajada, apretando los labios, cuando se me ocurre que puedo ser de cupido, porque aunque mi amigo diga que no es de enamorarse y no se que mierda, se que puede ser como Viktor, puede poner ese corazón blandito y mas con esa linda pelirroja.—¿Que estas tramando?— me sobresalto cuando la voz de Viktor se oye en algún rincón, lo busco y lo veo sentado en el sofá de la sala de estar—¡Me asustaste!— me llevo la mano al corazón que late frenético —¿Que haces allí escondido?— lo enfrento y me cruzo de brazos—No estoy escondido— refuta y levanta un vaso de Whisky —estoy tomando algo para relajarme de tanto drama y para pensar en mi próximo movimiento.—¿Bebes a toda hora?—No— se palmea el regazo y voy hasta el par
Emily3 meses después…Camino descalza a la cocina así como me he acostumbrado desde que se me han comenzado a hinchar los pies, la barriga me ha crecido un poco, y no he salido para nada. Viktor se ha vuelto tan sobreprotector y mas desde que sintió los movimientos del bebe, que aun no se ha dejado ver el sexo.Ni siquiera me he asomado al balcón que da con el jardín, y reconozco que he estado bastante aburrida, después de estar acostumbrada a salir y hacer lo que quiero, no he podido ni siquiera salir a ver las preciosas rosas que han sembrado en el jardín. Solo las miro por fotos y lloro como tonta, desde que mis hormonas se alborotaron, me la paso llorando por todo.Viktor trata de hacerme feliz todo lo que puede, me consiente mis antojos que se trata mas que nada de helados con sabor a coco. Los otros me causan nauseas, pero lo bueno es que no he tenido ningun tipo de síntomas malos.Aunque Eunice dice que a veces suele pasar y es una bendición cuando sucede. Si, ella. Se ha qued
LeandroVeo como Eunice tiene la cara sonrojada por la vergüenza, sabia que había una conexión fuerte entre nosotros, pero que estuviera enamorada de mi, eso lo cambia Todo.—¿Desde cuando?— pregunto porque quiero saber todo—No se de que hablas— se defiende ella, queriendo ocultar lo que acabo de oír de sus labios.—Te escuché, así que no lo niegues.Se va a la cocina y toma una botella de agua de la nevera para serenarse mientras la bebe. Se que no le gusta hablar de temas incómodos, pero que aprenda que desde Ahora, se debe enfrentar los problemas.—Sabes que no pertenezco a este mundo, a esta vida donde solo hay muertes.—Pues es tarde— me acerco y aunque está de espaldas, se tensa por mi cercanía. Evitará mirarme como lo hace siempre. La encuentro tan preciosa. Lo único que puedo verle son las pecas de la espalda, pero puedo decir que todo de ella es precioso. —No te dejaré ir Eu. He reprimido lo que siento o he sentido todo este tiempo, pero ahora que se que no me eres indiferen