-Edith, mañana me dan el alta y lo que más deseo en mi vida, es vivir con vos, si querés, nos casamos mañana mismo.Lorenzo necesitaba que ella esté siempre a su lado.-Quiero despertarme a tu lado, necesito tenerte en mi cama.El CEO se sentía mucho mejor y su mente viajaba a las horas de amor que compartieron juntos.Para él era fácil soñar, lo había hecho desde que la conoció, aunque no con la misma intensidad con que lo hacía desde que ella viajó al viejo continente.Se le hacía insoportable cada minuto que Edith no estaba a su lado.-Edith, no entiendo tus dudas, te juro que te amo y deseo formar una familia con vos y pretendo hacerlo desde este momento.-No dudo de tu amor, pero ya te dije, Facundo…-Facundo es un hombre, eso te lo juro, tiene que seguir creciendo, eso no lo niego, pero vos también lo tenés que crecer y no sólo eso, tenés que ayudarlo a que pueda hacerlo.Edith comprendía las palabras, aunque como madre, le costaba asimilar que Facundo ya era un hombre.-Entiend
Por la mañana le dieron el alta a Lorenzo, quedaba atrás todo lo vivido en los últimos días.Les quedaba un amargo sabor, que esperaban que pronto se fuera y que la dulzura de sus pequeños, los ayuden a borrar todo lo demás.-Llegamos a nuestra casa.Anunció el CEO.La mansión era imponente, enorme y muy lujosa, pero eso a Edith no le llamó la atención, ella estaba acostumbrada a visitar lugares así, sin ir más lejos, la mansión en la que vivía con Facundo también era majestuosa.El auto que los traslada entró y por detrás lo hizo el auto que los acompañaba con tres custodios más, Lorenzo siempre estaba acompañado por dos custodios, pero últimamente su seguridad fue reforzada, a pesar de eso, casi pierde la vida.A pesar de que Bernardo ya no existía, él era consciente que no se podía descuidar con ese tema, mucho más si estaba acompañado por Edith y sus niños.-Buenas tardes, Mary.Dijo entrando a su hogar.-¡Señor, gracias a Dios, está bien! ¡Bienvenido a su casa!Le respondió el am
-¿Subimos ahora?Preguntó Luisa, la mucama que había decidido crearle problemas.-Gracias, por el momento no es necesario, los pequeños están con su padre.-¿Dejó a los niños con el señor?Le preguntó de mala manera.Edith solía tener paciencia.-Los dejé con su padre, permiso.A la mayoría del personal les seguía asombrando cómo la nueva novia del señor se dirigía a ellas.-Es una mosquita muerta.Comentó Luisa.Uno de los custodios la escuchó y se apuró a llamarle la atención.-¿Estás loca? ¿Querés que te echen?-¿Viste los moditos que tiene? ¡Es una falsa! Los niños no deben ser del jefe.-¡Te aseguro que sí! Dejá de hablar tonterías.-Nadie la conocía.-Nosotros, sí, y vos no tenés idea de nada, mejor respetala.La mucama se calló la boca, aunque seguía pensando lo mismo.A media tarde, Lorenzo y Edith, se dirigieron hasta el que fuera el hogar de la bella viuda.Hablaron con Facundo.Edith desparramó algunas lágrimas.-Mamá, es lógico que sigas con tu vida, no te preocupes por mí
Los enamorados se amaron hasta el amanecer, disfrutando no sólo del sexo, sino del sentimiento tan profundo que los unía.Para Lorenzo no había una imagen más perfecta del amor, que el cuerpo y la cara de su bella amada.Era una imagen pagana, era un ángel, con la lujuria de un ser terrenal.Edith sentía algo parecido, es que él llegó con su sonrisa desfachatada, haciéndola sonreír nuevamente, apartando todas sus penas, borrándole totalmente su melancolía.Simplemente les llegó el amor y era eso lo que disfrutaban libremente.El CEO iba a luchar para que su hermosa mujer fuera feliz, porque ellos habitaban en el mismo mundo, en el mismo tiempo y espacio y era la única manera de que él también fuera feliz.Por la mañana, Edith se levantó para atender a sus pequeños y cuando luego de dos horas, ellos dormían plácidamente, ella volvió a su dormitorio, en dónde su amado, la esperaba para brindarle una mañana llena de amor y placer.-Vida… besame, pero permitime saborearte… dame tu vagina,
Al día siguiente, Leonardo se acercó al escritorio de Karina, la joven secretaria no lo esperaba y no pudo evitar que el rubor se apodere de su rostro apenas lo vio.El seductor CEO, sonrió complacido, al lograr ese efecto en la muchacha.Se inclinó hacia ella, quedando muy cerquita y mirándole la boca, se aguantó las ganas de besarla.-¿Está Lorenzo?Le preguntó disimulando las ganas de tomarla en sus brazos.-Buenos días, señor, sí, ya lo anuncio.Leonardo se enderezó y sacudiendo la mano, indicando que no era necesario anunciarlo, abrió la puerta de la oficina de su socio y amigo.-¡Te salvaste! ¡Yo quería ser el dueño de esta oficina!Dijo, haciendo un chiste.-Para tu mala suerte, sí, me salvé.Le contestó, siguiendo con la broma.Después, un poco más serio, le comentó que su hombre de seguridad aún estaba internado, ya que, al estar delante suyo, se llevó la peor parte.-¡Qué loco de m****a fue Bernardo!Dejando las bromas de lado, esa vez, Leonardo, habló seriamente.-Hasta pret
Mientras tanto, en la ante oficina de Lorenzo, Leonardo le había pedido un café a Karina, y con la excusa de que olvidó decirle algo a sus socios y que no quería interrumpir una reunión casi familiar, le dijo a la bella secretaria que los iba a esperar allí.Se acomodó en el sillón y cuando ella se inclinó, para servirle el café, Leonardo se incorporó un poco y ellos quedaron muy juntos.-Perdón, señor.Balbuceo Karina.Estaba realmente ruborizada, pensando que Leonardo podría malinterpretar ese acercamiento, sin saber que él lo había hecho a propósito.El CEO se paró apenas ella dio medio paso hacia atrás, volviendo a quedar muy juntos.-Sos muy bella.Dijo el hombre, sin poder contenerse.-Gracias.Murmuró la secretaria, sin saber qué responder.Leonardo, muy seguro de la situación y sabiendo lo que inspiraba en la joven, acortó los centímetros que los separaban.Su sonrisa era muy desfachatada y seductora.-Pensé que podía resistir la tentación…Karina lo miró, estaba aturdida, él e
Lorenzo, apenas llegó a su casa, le comunicó a Edith que venían a cenar Facundo, y Orlando con su mujer y sus hijas.Edith tenía menos de dos horas para organizar todo, pero ella disfrutaba el momento que estaba viviendo y valoraba estar en familia y con amigos cercanos.-Ahora organizo la cena.-Perdón, tendría que haberte avisado antes.-No te preocupes, cielo.La nueva señora de la casa entró en la cocina, sobresaltando al personal.-Chicas, tenemos invitados.Les comunicó.-Son 5 personas más.La cocinera no estaba acostumbrada a que varias veces por semana haya invitados.-Si se te complica, te ayudo.-No, señora, no se moleste.Edith sugirió varios platos, todos de rápida preparación, aunque no por eso dejaban de ser exquisitos.-Muchas gracias.Edith agradecía todo con una sonrisa.Salvo Luisa, que le tenía envidia y muchos celos, las demás mucamas y todo el personal en general, estaba fascinado con Edith.Ni siquiera en la cena, Edith pedía cosas imposibles de hacer, como lo s
Leonardo pasó a buscar a Karina por su departamento,Karina bajó en cuanto el CEO le avisó que estaba en la puerta del edificio.Leonardo decidió ir manejando, para no tener testigos al besarla o al entrar a un hotel, porque él descartó que eso iba a suceder.Un auto con dos custodios lo seguían a una distancia prudencial.En cuanto vio que se abría la puerta del edificio, bajó del auto y se acercó, muy caballero, para saludarla.No pudo evitar saludarla con un apasionado beso.Karina pretendió saludarlo con un beso en la mejilla, pero terminó por devolverle el beso.La bella secretaria tuvo muchas dudas desde que llegó a su departamento.No estaba cómoda pensando que cómo iba a terminar su noche, claro que no era una niña, tenía 24 años y sabía perfectamente que buscaba Leonardo en ella.Una noche de sexo.Era muy difícil negarse, sobre todo porque ella también lo deseaba, ya que moría por ese hombre, aunque tal vez, si no se negaba jamás la tomaría en serio, por haber aceptado tener