Hary, punto de vista...

Me desperté tarde esta mañana, salí casi que volando de la casa, llegué a la empresa muy apurada, hoy se haría el lanzamiento de la nueva marca de bebidas que estaba probando.

Hoy trabajaríamos solo hasta medio día, después de eso asistiríamos a una fiesta de celebración con los inversionistas y el dueño de la compañía.

Pasamos la mañana trabajando, luego llegó la hora de la verdad, la presentación en la fiesta.

Me preparé para presentar el producto frente aquel montón de personas.

Comencé a hablar sobre el producto, hasta que fue un rotundo éxito, todos los ejecutivos e invitados aplaudieron.

Estaba aún en la fiesta, cuando ví de lejos a aquel imbécil de Kan coqueteando con algunas mujeres, eso me irritó muchísimo, ¿cómo puede ser posible que sea tan descarado?, ¿Quién se cree?, ¿Cómo puede ir por allí jugando con los sentimientos de las mujeres?

Las mujeres le caen como moscas a un pastel, le coquetean como estúpidas, hasta se le acercan y lo tocan de forma descarada.

No lo puedo negar eso me irrita muchísimo.

Pensé en un plan, tomé una copa de champaña en mi mano.

Me acerque a ellos, caminé muy rápido, como si estuviera distraída, y le arrojé toda la champaña encima a Kan, como si fuera un accidente.

Él me miró con rabia, se notaba que me odiaba en esos momentos.

Las mujeres que lo rodeaban me miraron con desprecio, pero yo no me sentí mal, él se lo merecía por imbécil.

Finjo estar avergonzada, así que me disculpó, y salgo corriendo hacía otro lado.

Luego de un rato, ya no lo pude ver más, a lo mejor se iría con alguna de aquellas estúpidas mujeres.

Eso me molestó un poco.

Decidí irme a casa, ya estaba demasiado cansada.

Cuando iba nuevamente por el estacionamiento, casi me atropella un auto nuevamente.

Esta vez solo freno rápido, y caí de nalgas al piso.

El conductor salió rápido del vehículo.

Cuál era mi sorpresa, de nuevo había sido Kan quien casi me rompe otra pierna. - ¿Estás loco?, ¿Es que acaso no vez mientras conduces?, Un día de estos me vas a matar, ya es la segunda vez que intentas atropellarme - Le gritó furiosa, mientras él comienza a reírse como un bobo.

Él me ofreció su mano para levantarme, yo la rechacé y me levanté rápido del piso.

Estaba furiosa, Hasta lo golpeé varías veces con mi bolso.

- Eres un completo imbécil, un día de estos matarás a alguien -

Y él muy imbécil solo se reía, hasta que decidió hablar - Te ves tan hermosa molesta, ¿Quieres cenar esta noche conmigo? - Me pregunta coqueto, mientras me ve con ojos de borrego degollado.

Me quedé paralizada, no lograba entender que era lo que había dicho ese hombre, me sentía confundida, así que decidí preguntarle - ¿Qué es lo que acabas de decir? - Le preguntó un poco aturdida, no sabía si la champaña me había hecho mal.

Él me da una gran sonrisa, para luego volver a hablar, pero está vez pegandose mucho más a mi cuerpo, haciéndome pegar el trasero del capó de su auto - ¿Quieres cenar esta noche conmigo? - Me dice coqueto, y con una sonrisa descarada.

Yo tragué saliva, por lo cerca que está de mi.

Él observaba mis labios, luego coloco ambas manos sobre el capó de su auto rodeando mi cuerpo, presionando mi cuerpo contra el suyo.

Lo miré fijamente a los ojos, aún cuando estaba nerviosa no permitiría que ningún hombre por muy guapo que fuera me asustará.

Él iba nuevamente a robarme un beso, pero está vez yo estaba preparada para enfrentarlo y no caería tan fácil en sus trucos de conquista.

En su descuido lo patie en las bolas, rápidamente se soltó del auto, y calló de rodillas, agarrándose en dónde lo lastime.

Le grite asustada - Yo no sé quién te crees, pero no soy ninguna de esas mujeres locas que caen rendidas a tus pies, conmigo no vas a jugar -