Ares.Ella era la mujer más increíble y fuerte que he podido conocer. Estaba completamente enamorado de ella. Su presencia lo era todo para mí, su rostro transmitía paz, serenidad y un sin fin de sentimientos en mí. Ella era mi todo y quería transmitirle una cuarta parte de lo que Leah despertaba en mi lobo como en mí. Tenerla a mi lado y con ese aroma tan embriagante, era todo lo que necesitaba.Leah se había convertido en mi hogar. Un hogar que quiero compartir junto a Valentina. No esperaba que ella fuera una madrastra para mi hija, pero si una amiga, en la que ambas puedan confiar la una con la otra.Mis dos personas importantes en este mundo, se habían aceptado y mi vida no podía ser más perfecta para mí.—Si te acuso de mirón, creo que ganaré la demanda —dice ronca.Sonrío al escucharla hablar. Era tan sexy con esa voz.—Soy un tipo importante. Pagaría la multa y lo volvería a hacer —ella abre sus hermosos ojos y me mira con una pizca de diversión.—Para ser tonto se nace… —me a
Ares.Realmente la estábamos pasando bien, desayunamos en armonía después de que Aaron y Leah hablaron por un largo rato. Debo decir que ella cambió su actitud después de esa charla, estuvo ausente al principio y puedo decir con total seguridad, que estaba asustada. Pero así era ella, asustadiza y a la vez muy valiente. Enfrentaba hasta lo imposible y a pesar de las cicatrices que son parte de su vida, ella sale adelante con una buena actitud.—Entonces, ¿eso quiere decir que ustedes ya están juntos? —mi hija empieza a aplaudir con emoción—. ¡Al fin voy a tener una hermosa madre para presumir!—Daña a mi prima y te la verás conmigo, perro sarnoso —esta vez era Jay, quien hablaba.Leah se empieza a reír, haciendo que me sienta dichoso por tenerla en mi vida.Es más hermosa cuando sonríe, que cuando tiene esa cara de preocupación.La quiero libre de todo mal.—Ares no me ha dicho nada sobre nosotros. Así que no somos novios ni estamos saliendo —alzo una ceja y la miro con seriedad.—Pen
Leah.Estaba segura de muchas cosas y una de ellas era querer una relación con Ares, pero no tenía idea de los problemas que tenían ellos como manada. Era extraño decir eso… manada o lobo, pero eso era Ares. Un hombre musculoso, de aspecto animal con un gran secreto.Era el alfa de la manada más poderosa del país. No sé si de Europa, pero igual de importante que la de su hermano menor y también, el hombre del que estaba enamorada.Soy una mujer activa y alegre, que ama bailar, por un accidente hace unos años, me lastimé un tendón y lamentablemente, no podré hacerlo más. Aunque no cumplí las órdenes del médico, mi última presentación será mi despedida. El doctor me dijo que era mejor retirarse ahora, que puedo caminar.Me enamoré como una tonta, me encanté como una boba por un hombre que una noche dijo que me amaba y en la mañana siguiente pensé que me olvidaría. Tenía miedo de aceptarlo todo de él, pero solo mirarlo a los ojos, era suficiente para mí y fue ahí que me di cuenta de lo m
Leah.Sabes que estás enamorada cuando así sean diez minutos de su tiempo que te dedica, eres feliz. Si le escribes y te ignora todo el día por el trabajo, pero habla contigo antes de que duermas, para que sepas que no estás sola. Cuando hasta el más mínimo detalle te hace sonreír y tener un mejor día. Cuando dejas en evidencia tus sentimientos y crees que los ocultas, cuando lloras por lo más mínimo, pero él te consuela y te hace sentir mejor.Simplemente estás enamorada…Te ilusionas y esperas las mil y un señales de que él sentirá lo mismo. Aunque el amor sea mutuo, siempre buscas más, pero nada de esto tiene sentido si no es recíproco. Si los dos no pierden la dignidad por amor, entonces, no vale la pena y en caso de que no funcione, la caída será fuerte y dolorosa, pero que no te quede la menor duda de que todo lo que hiciste, en algún momento te lo compensará la vida y serás feliz porque te lo mereces.—Pero no sé si ese será mi caso —digo a la nada, Jay se voltea a verme y se e
Manada Diamond.Ares.Me sentía tan cabreado por todo lo que estaba sucediendo. Leah se había ido sin mí nuevamente y eso me hacía sentir como un perro sin dueño. Estaba necesitado de ella, quería respirar su mismo aire, quería estar con ella en la misma casa y poder tenerla en donde yo pudiera verla.Ese demonio miserable se la llevó de mi lado.Estoy encerrado en mi propia casa por mi hija y esa niña es otra rebelde que no respeta a su alfa y mucho menos a su padre.¿Qué demonios le pasa al mundo? ¿Acaso debo cazarlos a todos para hacer valer mi jodida ley y demostrar que no soy Velkan?Tiro todo lo que tenía en mi escritorio, frustrado por las actitudes de todos en casa.¿No se dan cuenta del peligro que es Daniels?—Alfa, es hora de su comida, por favor, no deje de alimentarse —uno de mis chicos entra a la habitación, le doy un empujón lanzándolo al suelo y salgo de mi cárcel—. ¡El alfa está escapando! ¡Llamen a la señorita Mara y avísenle lo que sucede!—¡Me ponen una mano encima
Ares.Daniels se había cabreado porque decidí no tratar mis heridas, le dije que sanarían solas y que necesitaba pensar la situación con Valentina. No estoy huyendo en decirle la verdad a Leah, solo que mis pensamientos sobre muchas cosas, están revoloteando por toda mi mente.Le pedí a Mara que se encargara de mi hija y que me trajera a Leah. También le pedí que no permitiera que nadie pase por este pasillo hasta que yo diera la orden. Necesito privacidad y hablar con ella, por eso tomé la decisión de hacerlo en la antigua habitación de Valentina.Veo entrar a mi bonita, pero frágil Luna.Estaba enojada, pero decidió que primero debía tomar una ducha, antes de que ella pudiera tocarme.—No me dejaste ayudar con Valentina. ¿Qué te costaba esperar unas horas hasta dejarla bien? —me reclamó.—Ella tiene a la manada completa para tratarla si así lo desea —la miro obvio—. En cambio, yo te necesito a ti nada más, Leah.Se cruza de brazos después de cerrar la puerta y apoyarse en la pared.
El Inframundo.Varios días después.Charlotte.Soy amada, deseada y venerada tanto por hombres y mujeres por igual. Conozco el rechazo y de vez en cuando el amor, pero para ser sincera, hubo un tiempo en el que consideraba que no había nacido para nada de esto. Era muy divertido cuando jugaba con todos.El amor maligno, es más puro que el amor sano. Prefiero el amor obsesivo y tóxico, en donde la maldad recorre la mente de las personas. De esa manera, podrán venir aquí y pagar sus malos actos. Tengo sentimientos… no, no los tengo. Mis sentimientos solo funcionan para Jay.Era pupila del hombre más fuerte del universo. Aunque ahora sienta vergüenza de quien soy, pero eso también está bien. Todos quieren estar bien con él, pero soy la única que lo lleva al límite.—El joven Jay sigue sin despertar —me informa un sirviente—. Su herida cada vez está peor, tal vez si usted nos permite...—Yo no te voy a permitir nada y eso lo sabes bien —lo interrumpo en seco, sin darle la oportunidad d
El último baile de una estrella que se retira.Presentación de la Bella Durmiente.Leah.Estaba entre angustiada y feliz, deseaba tener razones de Jay y saber cómo estaba, pero sabía que el no recibir noticias también era algo bueno. Tenía sentimientos encontrados porque, justamente, nos tocó la peor parte, en un momento que debía de ser de solo emociones.Quisiera que las cosas fueran un poco más sencillas, pero así sucedió.Ver a mi primo tirado en el suelo me hizo sentir tan mal, que terminé por descargar mi ira hacia Charlotte. Ella no merecía que la lastimara, pero en ese momento, era necesario que yo sacara mi impotencia, al ver que no defendió a Jay. No justifico lo que hice, pero sé que ella no merecía que yo la lastimara.Hoy es el día que más he esperado en mucho tiempo. Me voy a retirar de los escenarios, para lograr mantener mi salud. No es fácil surgir en el mundo del ballet y no, no todo fue fácil para mí… Creo que para nadie es sencillo abrirse en la industria del espec