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Emma.-Se sentía extraño pasear por los pasillos de la clínica sin ser el centro de miradas de desprecio, sin oír los murmullos llamándome zorra, golfa o cualquier adjetivo que se le parezca, la amenaza de Noah surtió efecto no es que este muy orgullosa porque haya tenido que llegar a ese extremo para que me tuvieran el mas mínimo respeto aquí, pero debo confesar que me siento un poco aliviada.Finalicé las rondas de mis pacientes esperando la llegada de mi esposo para almorzar con él y agradecerle como se merecía por la sorpresa de esta mañana, de solo pensarlo mis mejillas se sonrojaban, eso debía dejar de pasar Noah es mi marido no tiene por qué avergonzarme esas cosas.— Doctora James –Alzó la mirada al reconocer la voz que menciona mi apellido con cierta tensión, me preparo para dar mi mejor cara ante la confrontación.— Doctora Harris –Le devolví el saludo con el mismo tono serio y tensionado.— Vine para indicarte que en horas de la tarde realizaré la craneotomía de la señora Li
Noah. Después de mi reunión con Leslie me quedé con michas dudas y esa preocupación que de repente expresa por el padre de Emma, recuerdo lo último que dijo “Si vas a vengarte que solo Emma sea la que pague, su padre es inocente” no me dio mayores explicaciones lo que le recriminé, pero rápidamente huyó por la izquierda dejándome confundido.Aparco en la clínica y me encamino hacia la oficina de Emma, ya pasaron más de las dos, quería tocar el tema sobre mi segunda inversión en la compañía de su padre, cuando llego veo a su asistente tecleando en su ordenador, le paso por una lado no tengo porque pedir permiso.— Buenas tardes –Cuando ve que estoy a punto de abrir la puerta me detiene.— La doctora James no se encuentra en su oficina señor –Frunzo mi ceño.— ¿Dónde está?— Preparándose para una cirugía con la doctora Harris –Mi expresión de confusión debió quedar en evidencia.— Asistirá a la doctora en una craneotomía –Como si la explicación respondiera mis dudas. –Si quiere puede ir
Emma.- Veía con nostalgia la oficina de mi padre nada había cambiado el sofá de color marrón claro en el que normalmente ponía mis juguetes cuando acompañaba a mi padre mientras él discutía la calidad de las telas, tenía vistas hermosas desde aquí, de reojo veo a Noah observando el mueble de madera en el que estaban colgados algunos retazos de tela, seguía enojada con él por su comportamiento de anoche, después de cenar hicimos lo mismo de siempre cada uno a su habitación como si fuésemos hermanos castigados.— ¡Hija mía! –La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos y tuve que sonreír como si nada estuviera pasando.— Hola papá –Lo abracé con fuerza, sabía que siempre iba a contar con él y era hora de devolverle algo de lo que siempre me ha dado apoyo incondicional.— Noah –El tono de voz de mi padre hacia mi esposo era… tenso estaba serio, lo que significaba que seguía sin ver con buenos ojos mi matrimonio o mi elección de marido.— Suegro –Noah imitó su movimiento al estrecharle
Noah.- Ver la cara de mi querida suegra a punto de explotar no tuvo precio, si Emma va a sufrir será por mi mano por la de nadie más, me sorprendió que Jack aceptara todas mis condiciones después de haberme amenazado, pero no conseguí otra manera de retener a mi lado a Emma ella haría cualquier cosa por su papá y voy a usarlo en mi beneficio.El silencio en mi auto es ensordecedor, miro de reojo a Emma, pensativa con sus ojos fijos en el camino está molesta, estiro mi mano para tomar la suya, se sobresalta.— ¿Estás enojada? –Le pregunto mirándola fijamente. –Sé que debí consultarte lo que tenía pensado hacer— Así es Noah debiste –Resopló sonriendo con ironía. –Pero tú no eres de lo que hace lo que se debe— Quería protegerte— ¡DEBISTE CONSULTARME! –Me tensó con el tono ofuscado, nunca la había visto así, de sus ojos están que brotan dagas hacía mi dirección. –La situación con mi madre ya era difícil, había elegido alejarme, trabajar duro y pagaría la deuda que tengo con mi padre ah
Emma.- Abrí los ojos cuando sentí el rayo de sol calentando mi rostro estiré mi brazo buscando la compañía de mi esposo, pero una vez más estaba sola, anoche la situación no mejoró cené sola en la habitación mientras Noah se iba con Darius el gerente, pese a mis suplicas no se quedó a mi lado, por lo que no quise recorrer el lugar estaba enojada tomé un baño me coloqué la pijama y me fui a la cama por suerte el cambio de horario hizo estragos en mí y me quedé dormida rápidamente.Con la luz del sol la suite se veía diferente paredes blancas, puertas azul rey con una hermosa vista, salí de la cama recorrí la enorme habitación anoche no había notado su tamaño no dude en salir a la terraza la vista era impresionante la piscina infinita contrastaba con la belleza del mar Egeo, la habitación era muy privada, la puerta sonó a mi espalda, me amarré la bata y fui directo a la puerta al abrir la misma pelirroja de anoche entraba en mi habitación con una mesa rodante.— Buen día señora, le trai
Noah.- Puse en pausa mis pensamientos y me dirigí a la habitación, abrí la puerta y las luces estaban apagadas, seguramente Emma ya estaría durmiendo, entré sin hacer ruido cuando llegue a la cama estaba vacía encendí las luces.— ¿Emma? –Toque la puerta del baño. –Voy a entrar. –De nuevo no me contestó, debe estar en la piscina, caminé hasta la terraza y nada, la habitación estaba vacía ¿Dónde demonios está? –Saqué mi celular y marque el número de mi gerente en el hotel.— Darius necesito que me que el personal busque por las cámaras a mi esposa en el hotel, llegué a mi habitación y no está, no me atiende el celular –Escuché del otro lado su respuesta y me quedé pegado al teléfono esperando su ubicación.— Uhm… señor no está en el hotel, la vieron salir poco después de las cuatro de la tarde— ¿Por qué no la detuvieron?— Señor porque no sabía que no –Le gruñí a Darius que de inmediato hizo silencio.— Desde ahora mi esposa tiene prohibido salir del hotel sin mí, ahora prepárame un a
Emma.- Una punzada de dolor se plantó en mi cabeza haciéndome despertar, dejando escapar un gemido de dolor me cubrí la cabeza con la sabana para impedir el paso de los rayos del sol parecía que me estuvieran regañando abrí los ojos de golpe incorporándome de un salto siendo el peor error que había cometido, sentía como la cabeza me daba vueltas y estaba a punto de estallar.— ¡Ay dios! No vuelvo a beber más nunca en mi vida. –Veo que llevaba el mismo vestido las imágenes de anoche invadieron mi mente, la llegada de Noah a la taberna, el golpe a Jeremy. – ¡Por dios, Jeremy! –Salté de la cama vi mi bolsa en la mesa de la estancia, me sorprendí al no ver mi teléfono. – ¿Dónde está me celular?No era de extrañar que estuviera sola en la habitación Noah debe estar iracundo por todas las cosas que le dije anoche, recuerdo cada palabra le solté todo lo que tenía atragantado y que no había tenido el valor de decirle, sentí de nuevo la punzada como si cuatro cuchillos se estuvieran clavando e
Noah.-No puedo creer lo que acabo de hacer, en mi vida le he puesto la mano encima a ninguna mujer, no me criaron de esa forma ¿Cómo pude? Mi lagrimas se mezclan con el agua que recorre mi cuerpo no puedo olvidar la expresión de Emma cayendo al suelo tocándose el rostro que yo acababa de golpear ¿En qué hombre me estoy convirtiendo? Ha pasado una semana y la escena se repite una y otra vez, mientras me baño, mientras duermo, mientras trabajo el remordimiento me carcome.Emma no me habla, solo se pasa el día encerrada en la habitación con la mirada triste, sentada en la enorme tumbona que se encuentra en la terraza mirando hacía el horizonte, lo logré la quebré por dentro era lo que quería, pero me siento miserable, no sé porque me siento ella se merece eso y mucho más por lo que hizo a mi hermano, pero el amor que siento no me deja alegrarme del todo.Ahora no es el momento de regresar, así como está estropearía los planes que tengo de acabar con ella y con todo lo que ama, pero en el