Jen SmirnoffMiamiBoggi, nos siguió, él estaba decidido a que lo escuchara a como diera lugar, ya estaba aprendiendo a controlar su ira, porque antes, ya hasta estuviera gritando y despotricando a los cuatro vientos la inconformidad de lo que le estaba pasando.–No es que yo no te quería cuando empezaste a subir de peso, Dulce, yo te amo así tal cual eres, yo muchas veces te pedí que nos inscribiéramos en un gimnasio, tu siempre ponías de pretexto que eso no lo necesitabas y que tu podías volver a tu peso, normal, te lo pedí muchas veces, que lo hicieras por tu salud.Las palabras de Boggi, me dejaron con la boca abierta, porque además mi prima no le rebatió lo dicho, entonces aquí ya la culpa no había sido de él, ella era la que no había querido ir al gimnasio ni ir a ver lo de su salud.–A ver prima, si Boggi, está diciendo eso, es porque ya te lo había pedido, si es así deberías escucharlo, no puedes hacer de esto un gran dilema, si ya estás aquí.Esperaba que no se negara, aparte
Jacob SmirnoffMiamiVeníamos escuchando lo que venían hablando mi hermano y Dulce, en la parte trasera del vehículo, me daba tanto gusto que ya fueran a arreglar sus diferencias, pues mamá estaba demasiado inquieta porque ellos no estaban llegando a un acuerdo, pero ahora que lo sepa se va a alegrar mucho, sabía que no se podían separa así nada más.–Los llevamos entonces a la casa del tío Porfirio, o prefieren que los dejemos en otro lado, es temprano aun, así que ustedes deciden.Les estaba dando una buena opción. Esto merecía una reconciliación y esperaba que me dijeran que los llevara a otro lugar, porque la verdad sería muy aburrido que se fueran a casa de los padres de Dulce, pero ellos eran los que tomaban sus decisiones. Se miraron y como por arte de magia, parecía como si no llevaban días peleados, estaban tomados de las manos, felices.–Llévanos a casa de mis padres, por favor, Jacob, yo sé que esto lo vamos a hablar a solas Bogart y yo, pero quiero que los niños vean a su
Jacob SmirnoffMiamiPero la idea del gimnasio en el trabajo era precisamente para que ellas no tuvieran que salir a buscar uno y pagar esas sumas tan altas y que no se tuvieran que levantar tan temprano a cumplir con sus horarios y llegar corriendo al trabajo.–Entonces sigue en pie lo del gimnasio en el trabajo, ya había empezado a buscar un proveedor para que nos instale el gimnasio en el cubículo más grande, no podemos tener nada amontonado, debemos tener un espacio considerable entre aparato y aparato.Estos debían ser de uso rudo, como los que se utilizaban en un gimnasio, estaba seguro que todos iban a estar de acuerdo con eso, éramos pocos en la cínica pero entre todos podíamos llegar a un plan, si ya teníamos la cafetería donde se vendían ensaladas, jugos, comida vegana y comida normal, debíamos tener el complemento, un buen gimnasio, para tenerlos a todos más sanos.–Deberían cobrarle a los empleados, aunque fuera una cuota muy baja, no les gustaría ver que efectivamente eso
Jen SmirnoffMiamiLe daba gracias a Dios, que ya todo entre mi prima y mi cuñado, se arregló, y todo por algo que no había pasado, porque todo había sido imaginación de mi prima, Boggi, nunca se había acostado con esa mujer, pero creo que más se sufre cuando imaginamos las cosas, que si en verdad pasaran, pero eso ya era otra historia.–Me alegro mucho que mi hija se haya reconciliado con su esposo, ya estaba que me llevaba la tristeza a mí también, todo eran caras largas en esta casa, por fin se va a respirar alegría, mis chamacos están más contentos de nunca.Mis sobrinos no se desprendían de su padre, no cabía duda que ellos son los que salen perdiendo en todos estos malos rollos, pero afortunadamente hoy mismo regresarían a su hogar o tal vez el tío Porfirio no los deje ir.–No exageres papá, como si tus nietos no se hubieran dado la divertida de sus vidas contigo, ya que le patrocinabas todas sus travesuras.Eran terribles los dos, y más cuando se juntaban los hijos de Luz Mary
Jen SmirnoffMiamiPensé que Jake y yo, iríamos por nuestros hijos, para irnos a casa, pero en lugar de eso, cuando subimos al auto, me di cuenta que nos alejábamos de la casa de mis padres y que tampoco íbamos a ir a casa de los padres de Jake. A lo mejor, mi esposo estaba demasiado cansado, que se había equivocado de rumbo, por lo que yo mejor, decidí hacérselo saber.–Jake, mi amor, creo que no estamos yendo hacia ningún lado – Le dije – Ya pasamos, la casa de mis padres y tampoco vamos a dónde los tuyos, pensé que ya iríamos por nuestros hijos, ya que es tarde.Habíamos quedado con mis padres en pasar por los niños, mañana tenían que ir a la escuela, no podíamos saltarnos un día, ellos tenían que mantener ese hábito de ir todos los días a estudiar, no podíamos empezar a fomentar el desorden, pero a ver qué me decía Jake, de todo este cambio.–No mi hermosa Jen, de nuestros hijos hoy, se encargarán sus abuelos, tú y yo, vamos a otro sitio – Jake me sonreía – Sé que es algo improvis
Jacob SmirnoffMiamiEsta noche iba a ser algo muy importante para nosotros, estábamos reafirmando nuestro amor, era como nuestro verdadero aniversario, el día que nos conocimos y nos enamoramos, sin pensar que de verdad todo esto se iba a hacer realidad, después de tantos conflictos, estábamos teniendo una vida llena de buenos momentos.Seguimos teniendo este rato a solas, era un gusto estar con mi esposa, podemos pasar toda la noche hablando, recordando lo que nos había traído aquí en un comienzo, ella buscando un novio falso y yo pagando esa deuda que le debía a mi primo y a nuestros amigos, y habíamos encontrado mucho más que eso, habíamos encontrado el amor que por mucho tiempo habíamos buscado.– ¿En qué piensas mi amor?Le acaricio la mejilla, y la miro directo a los ojos, quiere una respuesta, pero mi corazón está, muy acelerado por el gran amor que le tengo a esta mujer, es como si quisiera explotar de la dicha.–En todo lo que fuimos pasando para llegar a esto, a lo que busc
Jacob SmirnoffMiamiLa mujer perfecta era ella, había encontrado en sus brazos, todo lo que había pedido del amor, no le cambiaría nada, cada una de sus imperfecciones, eran perfectas para mí, porque se acoplaban a mis imperfecciones, haciéndonos uno solo, por eso la amaba, porque era mi otra mitad, la parte que siempre le iba a ser falta a mi vida, para que estuviera completa, éramos las dos mitades de un todo.–Tú eres lo más increíble que me pudo haber pasado, Jennifer Saldaña, eres perfecta, me encantas y espero poder demostrarte todo el amor que me haces sentir, ya que estaremos unidos por el resto de nuestras vidas, recuerda que esto es para siempre.Soy sincero con ella, no podría vivir sin tenerla a mi lado, a ella y a nuestros hijos, que son la extensión de todo lo que sentimos el uno al otro, era la muestra de este amor que nos iba a mantener por todo el resto de nuestras vidas, atrapados en los brazos del otro y yo no me iba a quejar nunca, eso lo tenía muy claro, era en l
Jen SmirnoffMiamiMe siento tan renovada, tan satisfecha, estoy acostada en la cama con mi esposo, con el padre de mis hijos, con el hombre más encantador sobre la faz de la tierra, me mira con adoración, de la misma forma en la que yo lo estoy mirando, adoro estar así, con mi esposo, sin que nada nos impida estar desnudos sobre la cama, paso mi mano por su pecho, se encuentra con los ojos cerrados, pero sé que no está dormido.– ¿En qué estás pensando mi amor? No me digas que en los niños.Conocía tanto a mi esposo, que sé que en este momento está pensando en nuestros hijos, porque es de las únicas veces que los hemos dejado sin siquiera planearlo, bueno de mi parte no lo sabía, pero ellos siempre iban a estar protegidos por sus abuelos, que estaban encantados de tenerlos con ellos.–Me conoces mejor que nadie en este mundo, Jen, y sí, nuestros hijos no se pueden acostumbrar tanto a estar con los abuelos, porque ellos tienen sus cosas que hacer, no podemos estar cargándoles las mano