Jen Saldaña Miami–No Dulce, no dije eso. Tus dos opciones son: Dile lo que sientes y te arriesgas a que te acepte o no, o la segunda lo que acabas de decir tú misma, no le digas nada y cuando él tome una relación seria con alguien más, no te estés lamentando.A mi prima había que decirle las cosas de manera extremas, de lo contrario nunca reaccionaría, debía avisparse en esto, aquí si me estaba fallando. Porque en otras cosas si tomaba la iniciativa, ahora al parecer, le daba miedo ser directa con Emiliano.–Lo dices como sí tú, ya hubieras resuelto todo con Jacob, Jen y eso no es justo porque ni quieres verlo ni hablar con él y así tienes cara de aconsejarme, que hable con Emiliano.Claro que no le había contado que entre mi Jacob y yo ya no había ningún problema y nunca más nos iba a volver a pasar, por eso se tenían que hablar las cosas, estaba a punto de contarle a Dulce lo que me daba la razón de hablarle así, pues Jacob nos sorprendió.–Hola Dulce, Hola mi hermosa Jen – Jacob
Jacob Smirnoff MiamiMe salí con Dulce de contrabando, por la puerta trasera de la clínica, lo que menos quería era causarle problemas a Jen con su hermano Liam, ni me arriesgaría a que nuevamente ella y yo tuviéramos problemas por su culpa. Nos sentamos a unas calles cerca de la clínica veterinaria. Ella seguía abatida y me pidió consejo.–Jacob, me siento muy mal – Empezó a contarme – He perdido a Emiliano y todo por culpa de la mujer esa con la que lo vi.Dijo muy afligida, pero no había de que preocuparse, no era el único hombre sobre la faz de la tierra, aunque cuando uno estaba enamorado se podía pensar que sí.–Dulce, tienes que calmarte que no ganas nada con ponerte así. Hay más peces en el mar, no quiero presionarte a nada pero mi hermano Boggi ha soñado contigo desde el día que te vió con Jen en la playa.Era lo que me habia contado mi hermano, había quedado flechado por la mexicanita bonita, como él la llamaba. Los dos habíamos caído bajo el embrujo de las Saldaña. Ahora i
Jacob Smirnoff Miami–Hola Jacob – Me saludó Emiliano – Mira las radiografías, para que puedas entender de lo que estamos hablando.–Sí, muchas gracias. Les daré un vistazo.Emiliano me dio las radiografías de Konan y yo, pude ver que en efecto, el can estaba muy mal, pues si no se le operaba pronto, podía quedar inmóvil de sus patas traseras. Sería una cirugía muy delicada, vería si contaban con el equipo necesario. Fuimos al quirófano y estaban los implementos necesarios, con eso era más que suficiente, para realizar una cirugía con éxito.–Jen mi amor, lamento que te enteraras así de mi profesión, tenemos mucho que hablar y me disculpo por no habértelo contado antes pero sí tu hermano y su esposa acceden a que yo opere a este hermoso peludito, con gusto lo hago, pero necesitaré que Emiliano y tú me asistan en la cirugía.Después de revisar todos los implementos, estábamos casi listos para realizarle la cirugía a Konan, si era necesario trasladarlo después a nuestra clínica, vería
Jen SaldañaMiamiDurante toda la operación, Jake, estuvo concentrado, pedía el material quirúrgico y realizaba con precisión cada corte y cada puntada, como un maestro, estaba asombrada de su manera de poner cada cosa en su sitio. Lo amaba cada vez más era todo un profesional en lo que hacía. Cuidando hasta el más mínimo detalle, colocando los tornillos para unir los huesos, era todo un arte, con razón nunca la hubiéramos podido realizar Emiliano y yo.Emiliano se encargaba de medir los signos vitales de Konan, y suministraba el medicamento que evitaría que Konan sintiera mucho dolor cuando se le pasara la anestesia, ya estaban preparadas las vendas y la campana que se le colocarían, eso evitaba que se estuviera lastimando la herida. Después de dos largas horas de cirugía, por fin la dábamos por terminada, checamos de nuevo que los niveles estuvieran dentro de lo establecido y terminamos.–Eso ha sido todo, muchachos, ahora que Konan salga de la anestesia, deberá permanecer veinticua
Jacob Smirnoff MiamiEse día después de la cirugía de Konan, yo me fui a mi casa un rato y me dispuse a descansar un momento y me dormí, hasta que la llamada de Dulce, me despertó, pensé que ya se había echado para atrás.–Jacob querido amigo, ya te estoy esperando para que me acompañes a lo de Emiliano – Dulce sonaba emocionada – Estoy vestida para matar y espero que me dé un sí, esta noche.Esa voz me agradaba, pues era lo que tenía que hacer, no decaerse ante nada, esto tenía que salir bien, estaba empleando una buena producción, todo de primera, de lo mejor para que Emiliano no se pudiera resistir.–Siendo así voy para allá Dulce, te envío la ubicación para que te vayas yendo al restaurante con Emiliano, la reservación está hecha a tu nombre, pueden pedir lo que gusten y yo en un rato llego, pasaré primero a ver como sigue Konan y a mi hermosa prometida a la clínica, mientras ustedes van platicando – Le propuse – ¿Te parece bien, la idea?Por lo menos cuando yo la estaba preparan
Jacob Smirnoff MiamiLe di unos besos a mi querida Jen, porque no sabía cuánto tiempo me iba a demorar, no quería irme, pero ya le había hecho esa promesa a Dulce y no la podía dejar plantada, además si ahora ella no daba ese primer paso, jamás lo haría.–Está bien mi amor, ve con cuidado. Mientras Boggi y yo, platicamos.La dejaba en buenas manos, Boggi era un buen conversador y tenían mucho en común, por eso sentía que se llevarían de maravilla.–Si Jake, ve con Dulce, yo me quedaré aquí hablando de ti con tu novia. – Sonrió.Me imaginaba que de eso se trataría, Jen iba a querer indagar todo sobre mí, y no me preocupaba lo que Boggi le quisiera decir, él era muy correcto y no creo que le dijera algo que yo ya sé.–En un rato, regreso. – Les informé.Me despedí de ambos y salí de la clínica, me subí al auto y al llegar al restaurante, no veía ni a Dulce ni a Emiliano, por ningún lado, la iba a llamar a su celular, cuando la vi sentada, en la mesa reservada, sola y llorando. No dudé
Jen SaldañaMiamiLuego de que se fue mi amado Jacob y su hermano Boggi, de la clínica veterinaria Emiliano y yo, nos quedamos hablando de lo que había pasado con Dulce ya que, Emiliano estaba demasiado abatido por como lo tomó ella, y no era para menos, él pobre se había encontrado entre la espada y la pared. No podía amar a Dulce como ella quería.–Lo siento mucho Jen, yo no quise hacerle daño – Manifestó Emiliano – Como les he dicho a ti y a Boggi, ella y tú son como si fueran mi familia, mis primas o mis hermanas y es impensable sentir algo por alguna de ustedes de manera sentimental.Lo comprendía, porque eso me había pasado a mí, cuando se había hecho todo ese enredo con nuestra boda, también yo lo quería como si fuera mi hermano y algo más allá de eso me daba escalofríos.–Entiendo Emiliano y lo peor es que Dulce no me contesta el celular y me preocupa mucho.Por más que le había llamado y mandado mensajes, no respondía y eso ya no me estaba gustando para nada, debió haber lleg
Jen SaldañaMiami–No me jures nada Jen, te creo mi amor – Jake besó mi mano – No entiendo, ella y yo nos habíamos tomado unas bebidas y la vi más calmada, te juro que nos asustamos mucho y ahorita Boggi, la está cuidando. Apenas si había reaccionado cuando me vine a buscarte.–Lo peor será cuando empiece a buscarla mi tío Porfirio. Me preocupa mucho Dulce, mi amor, de verdad.–Ya llegaremos al departamento, preciosa para que la veas y ella te pueda platicar lo que le pasa.–Si Jake, ella necesita desahogarse y si debe de estar muy mal. Ni siquiera tuvo la delicadeza de llamarme como otras veces, cuando me quiere contar algo. – Hice un puchero.–Sí, estaba muy mal, le dolió demasiado lo de Emiliano, pero nada que no pueda olvidar con Boggi. No te lo tengo ni que contar, pero está loco por Dulce y se me hace que ellos, pueden tener algo así de bonito como lo nuestro – A Jake le brillaron los ojos – Nunca lo hubiera pensado, tú prima y mi hermano.–Sí, y se cumplirá tu plan macabro que