La noche envolvía a la ciudad de Nardo en esplendor. Nardo estaba ubicada al sur, mientras que la capital se encontraba al norte, lo que las separaba por una larga distancia.

Dafne se paró frente a la ventana del pabellón y la abrió, dejando que el viento nocturno entrara. A pesar de que ya había pasado un mes, los eventos ocurridos en la capital seguían apareciendo ocasionalmente en su mente. ¿No se suponía que después de pasar por un gran trauma, uno debería olvidar selectivamente algunos eventos dolorosos? ¿Por qué ella los recordaba tan claramente?

Se miró en el reflejo de la ventana y lentamente llevó la mano a su cuello. Solía llevar un collar con anillo de plata allí…

Cuando Ciro entró al pabellón con un termo en la mano, vio a Dafne perdida en sus pensamientos junto a la ventana. Se cubrió la boca con el puño y tosió ligeramente para llamar su atención, luego dijo:

—Dafne, padre me pidió que te trajera esto. La comida fue preparada por el chef de nuestra familia. Pruébala y ve