Capítulo 192
Hans la miraba con una expresión serena hasta que Esperanza extendió su mano y agarró la suya, preguntando:

—Papá, ¿por qué tienes las manos tan frías?

Hans se agachó para ponerse a su altura y la miró a los ojos. Su voz sonó ronca cuando finalmente pudo hablar:

—Tu mamá no todavía puede aceptarme.

Esperanza levantó su manita y acarició la cabeza de Hans, reconfortándolo:

—Papá, no te pongas triste. La próxima vez que vea a mamá, le diré algunas palabras bonitas por ti. Mamá tiene un corazón tierno y te va a aceptar. A ella todavía le gustas, papá, no te desanimes.

Hans simplemente la miró. Las dos se parecían tanto que, Esperanza era casi una versión pequeña de Dafne. Sus ojos se enrojecieron ligeramente y se contuvo unos segundos antes de decir las palabras:

—Está bien.

—Papá, ¿por qué estás llorando?

—No, fue el viento —respondió Hans con voz entrecortada.

—Vale. Papá, quiero ir a dormir. ¿Puedo llevar a Patata conmigo a la cama?

—Claro.

Esperanza levantó al regordete gatito y le di
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo