Dave asintió. Nos separamos y entramos a nuestras respectivas habitaciones.

Cuando llegué a mi habitación no tenía nada de sueño, mis ojos estaban frescos, maldita sea. Me molesta si tiene que ser así, quiero dormir, podría dolerme si no duermo nada, son casi las cinco, mis ojos llevan casi una hora despiertos.

Luego me cubrí la cara con una almohada y comencé a contar ovejas como enseñaban los antiguos, al principio sentí que no tenía ningún efecto y resultó que funcionó, me quedé dormido.

Por la mañana me desperté a las nueve. Inmediatamente bajé las escaleras después de lavarme la cara para ver a Dave.

"¿Estás despierto más temprano?" Le pregunté a Dave quién estaba sentado relajado frente al televisor mientras disfrutaba de una taza de café caliente.

"Hola, buenos días, sólo han pasado unos quince minutos", respondió Dave.

"Pensé que habías ido a la oficina", dije sentándome al lado de Dave.

"No, hoy quiero llegar al mediodía", respondió Dave casualmente.

"Entonces, ¿irás a casa d