No pude decirle que no a los ojos llorosos de cachorro gigante que tenía Dixon. Dije de manera persuasiva: “¡Ve a cambiarte primero!”.

Dixon fue al baño a cambiarse. Cuando salió, me sorprendió gratamente. Mi asistente le compró ropa informal. Era un suéter blanco de estilo coreano. ¡Se veía más impresionante en él!

Retracté mi mirada y dije: “Vamos”.

Lo guié hacia la salida y Dixon estuvo cerca de mi lado. Mientras tanto, mi asistente estaba cuidadosamente en guardia detrás de Dixon.

Afuera estaba lloviendo a cantaros. Chuck le tendió un paraguas a Dixon. Mientras tanto, me aferraba al mío. Cuando Dixon trató de sostenerlo para mí, lo regañé.

“¿Puedes comportarte, por favor?”.

¡Dixon se portó bien y asintió obedientemente!

Mientras yo sostenía el paraguas, seguí caminando delante mientras Dixon y Chuck seguían por detrás. ¡No hice señales de detenerme cuando pasé por la entrada de la residencia!

Pasé junto al hombre que tenía delante y traté de alcanzar el coche de mi asisten