De repente, nos vimos rodeados por muchas personas. Evanesce me quitó a Ralph de los brazos y dijo: "Corre".

Evanesce era la más joven de nosotras y podía correr muy rápido mientras llevaba a Ralph con ella. Summer y yo la seguíamos para protegerla a ella y a mi hijo.

Cuando por fin llegamos a los pisos inferiores, suspiré: "Estoy cansada".

"Se los advertí".

"Jaja. ¡Eres demasiado popular!".

"Vamos a comer algo".

Summer nos preguntó: "¿Qué les apetece comer?".

"No me preguntes. Todavía no tengo hambre".

"¿Deberíamos ir al bar entonces? Pero no puedes beber".

A veces, las envidiaba porque podían beber. Al menos, sin preocupaciones si les apetecía dejar atrás todas sus obligaciones. Sin embargo, a mí me resultaba más difícil hacerlo debido a mi estado de salud.

"No tenemos otro sitio al que ir".

Éramos las mejores amigas. Si no íbamos a beber, no teníamos otro sitio al que ir. Además, llevaba a mi hijo conmigo.

"¿Vamos al parque de atracciones?".

Me negué y dije: "Olvídalo.