Lucas siempre fue una persona comprensiva. Nunca me diría palabras hirientes, y ni me avergonzaría. Él siempre fue una buena persona con quien hablaba, ¡pero él de repente dijo que nunca lo entendí!

Sus palabras fueron tan duras, me hizo sentirme un poco perdida. No estaba segura de qué hice mal. Cuando volvía a pensar en ello detenidamente, él siempre hacía énfasis en que nunca sentía lástima o necesitaba simpatía. Aun así, siempre me sentía triste por él.

Mis sentimientos estaban mal desde el principio. Sin embargo, mi simpatía no lo compadecía. Simplemente sentí pena por él.

No estaba segura de qué hacer para consolar sus sentimientos. Me senté en el sofá y permanecí en silencio todo el tiempo. Lucas hizo lo mismo.

Con el paso del tiempo, ambos permanecimos en silencio.

Diez minutos después, Lucas finalmente se calmó. "Lo siento".

Él no hizo nada, pero se disculpó.

"Lucas, es mi culpa".

Lucas respondió con otra pregunta. "Señorita, ¿qué hizo mal?".

De repente me quedé sin p