"Sí. Cuando era más joven, siempre me dejaban en lugares inhabitados y pasé por un riguroso entrenamiento para sobrevivir en condiciones extremas. Bel, no te preocupes. Esto no es diferente de otro entrenamiento para mí. Descubriré un lugar seguro dentro de cuatro días".

Pregunté con alegría: "¿Así era tu vida antes?".

"Sí", dijo Zachary. "Esta era mi vida antes".

"Me alegro de poder conocerte más y pasar por esto contigo".

Mis palabras lo tomaron por sorpresa, y su expresión se volvió incómoda.

Suspiró y dijo: "Solo tratas de hacerme sentir menos culpable. Eres muy amable y atenta".

Durante el camino, me mostré positiva y alegre. Principalmente, no quería que Zachary se preocupara. Además, no podía sentir desesperación cuando él estaba cerca de mí.

Siempre que estaba con él, me sentía tranquila. No importaba cómo fueran nuestras vidas, nunca más me sentiría deprimida.

Por eso, ¡podía soportar el sufrimiento por muy doloroso que fuera!

Por la tarde, caminamos de forma intermit